La llegada de un nuevo año trae consigo nuevos deseos e ilusiones pero también algún que otro quebradero de cabeza. El mes de diciembre suele acarrear un desembolso elevado de dinero por las fechas navideñas, y es enero cuando hay que enfrentarse a la realidad para poder encaminar el año.
1 Planificar
Es muy importante que tengas un plan en cuanto a tu economía doméstica. Tienes que tener en cuenta cuáles son los gastos reales que tienes, para así afrontarlos de una manera más concienzuda. Por otro lado, procura no tener gastos que superen a tus ingresos, porque ahí sí que tendrás un problema difícil de reparar. Piensa que tienes que tener en cuenta cuál es tu capacidad de compra y también de ahorro, ten todo muy bien atado. Una herramienta muy importante es tener un presupuesto familiar.
2 Priorizar
Cuando tengas muchos gastos, divide entre gastos fijos y gastos variables para clasificar tus prioridades. Es mejor que dejes esos gastos que no consideres tan importantes para más adelante y acordarte de ellos cuando tu economía vaya por mejor camino y se haya restablecido.
3 Reducir gastos
Y lejos se ve cuáles son los gastos o de priorizar, recuerda que a veces es más fácil reducir. Seguro que si analizas en profundidad tu economía familiar habrá gastos de los que puedes prescindir. Así que limita gastos, es algo primordial para el presupuesto familiar.
4 Consumo responsable
Evidentemente, hay gastos fijos de los que no puedes librarte y no los puedes suprimir por más que quieras porque corresponden a las necesidades básicas, como por ejemplo la luz o el agua. Pero está claro que se pueden reducir siempre que se haga un consumo responsable. Por ejemplo, procura usar bombillas de bajo consumo, intenta apagar aparatos que consumen -aunque poco- en stand by, no abras las ventanas cuando tengas la calefacción encendida o apaga las luces cada vez que salgas de una habitación.
5 Paga en efectivo
Otro de los riesgos de pagar mucho con tarjeta es que parece que tenemos todo el dinero del mundo a nuestra disposición, y no, no es así y luego termina reflejándose. Por eso es recomendable pagar en efectivo en vez de hacerlo con tarjeta de crédito, de esta manera conseguirás controlar mejor tus gastos y no caerás en la trampa de comprar aquello que no necesitas.
6 Huye de las rebajas
A pesar de que enero tenga una cuesta increíble, también es momento de compras porque llegan las rebajas, hay que tener cuidado y no dejarse llevar por la fiebre consumista. Así que compra aquello que realmente necesites, no compres cosas que necesitarás en otra temporada pero que te viene bien comprar ahora por su precio económico. Hacer un desembolso antes de tiempo también es un problema y tú puedes evitarlo. Con esto puedes conseguir ahorrar y mucho.
7 Olvídate de los 'chollos'
Hay productos que consiguen llamar nuestra atención de una manera bastante preocupante por su precio, pero que no te engañen, los productos 'chollo' o 'gancho' terminan saliendo caros, porque se pueden convertir en un gasto completamente innecesario y no supone un ahorro para la economía familiar.
8 Compra con sensatez
El aumento del precio de los productos es una de las características de la cuesta de enero, así que, sé precavido o precavida. Intenta planificar tu compra antes de salir de casa para hacerla según tu presupuesto y sobrepasarte lo menos posible. No compres alimentos que sean un capricho y que tan solo se encarguen de encarecer el carrito de la compra.
9 Compara precios
Y una cosa muy importante es esta, comparar precios. Ahora tenemos al alcance muchas herramientas para hacerlo, como es internet, donde puedes ver dónde es más económico cada producto de tu cesta de la compra, eligiendo el que más te interese en relación calidad-precio. Por otro lado, y recurriendo a métodos a la vieja usanza, puede seguir mirando los folletos informativos de los supermercados, donde se ven los mejores precios de cada establecimiento.
10 Es una tarea familiar
Y no olvides que esta tarea no es solo de uno, sino que tiene que ser partícipe toda la familia. La economía familiar es algo de lo que tienen que ser partícipes todos sus miembros, para que sea mucho más fácil llevar estos cambios a cabo. De esta manera también se les inculca a los más pequeños una educación financiera desde la responsabilidad.