La Navidad es un momento mágico para muchos. Estas personas están esperando estos días de finales de año para poder celebrar con la familia y los seres queridos las vacaciones, disfrutando de las comidas y del tiempo que pasen juntos. Por eso, es normal que cuiden de todo detalle en cuanto a la preparación de estos eventos.
Empezar la Navidad decorando el hogar
Una de las maneras de empezar a preparar la Navidad es la decoración del hogar. Cada día son más y más originales las decoraciones que existen en las tiendas con tal de preparar nuestra casa para estos días tan señalados. Sin embargo, son muchos los que optan por colocar las decoraciones tradicionales, ya que son las más representativas de las fiestas.
Por lo tanto, en nuestro país es normal que una de las primeras decoraciones que se coloquen en casa sea el pesebre. Este puede ser tradicional, con el musgo, la tierra y las figuritas de plástico, metal, cerámica o madera, o bien puede ser más moderno, al estar todo unido en una pieza y no haber de montar todo el pueblo, con el río y las montañas. Esta segunda opción es ideal para realizar con niños, a quienes les encantará montarlo y añadir los elementos naturales que lo conforman. Además de interaccionar con el mismo, al tener que mover a los pastores y a los Reyes Magos a medida que se acerque el día de Navidad y el de Reyes.
Otra de las decoraciones estrella para las fiestas de Navidad es el abeto o el árbol de Navidad. Este puede ser de verdad o de plástico y se suele colocar en un lugar visible de la casa, ya bien sea en el pasillo, en la entrada o en el salón. Las decoraciones pueden ser muchas y muy diversas, como las guirnaldas, las bolas o las cintas de colores. Estas pueden hacerse también en casa, haciendo que los niños formen parte del proceso de creación y también de decoración del abeto. De esta manera, la misma preparación de la Navidad ya puede ser parte del evento y de la alegría de las fiestas que están por venir, ayudando a cohesionar la familia y a pasar un buen rato junto a los niños, quienes os estarán ayudando y, además, pasándoselo bien haciendo cosas con vosotros y pasando tiempo juntos.
Otras decoraciones extranjeras están teniendo un gran éxito en nuestro país, como por ejemplo aquellas dedicadas a Papá Noel o Santa Claus. Este personaje cada vez tiene más éxito entre los niños y por eso es normal que se cuelguen calcetines navideños por la casa, donde dejará los regalos para ellos en Nochebuena o bien se compren muñecos o decoraciones de color rojo o que nos recuerden a Papá Noel. De este modo, este personaje del norte de Europa se ha instalado como una de las decoraciones más comunes de la Navidad también en nuestros hogares.
El acebo como símbolo de las fiestas navideñas
Además de todas estas decoraciones hay una que es, sin duda, de las más representativas de la Navidad. Este es el acebo. Esta es una planta que está formada por unas hojas de color verde oscuro, puntiagudas y robustas y por unos frutos redondos y de color rojo, aunque ocasionalmente pueden encontrarse también en verde claro y en un color blanquecino.
El acebo es uno de los símbolos más representativos de la Navidad, porque a lo largo de la historia, empezando por la época de los romanos y los galos, se lo ha considerado como una planta que traía fortaleza y fertilidad a quien se le regalaba. Por eso, se convertía en un regalo perfecto para hacer a las personas queridas durante estas fechas tan especiales. Además, es una planta muy fuerte que aguanta las bajas temperaturas tan características de la Navidad y se puede también exponer al sol y a la nieve, haciéndola un regalo perfecto, independientemente de las condiciones climatológicas en las cuales se encuentre la persona a quien se le regala.
Los cristianos adaptaron el acebo a su religión y a la fiesta de la Navidad considerando los frutos rojos de esta planta como la sangre de Cristo y las hojas puntiagudas y fuertes de la misma como la corona de espinas. Es por todas estas razones que el acebo se ha convertido, con el tiempo, en un símbolo clave de la Navidad y no puede faltar en muchos de los hogares de nuestro país. Muchos desconocen la historia, pero siguen adquiriéndolo o regalándolo durante estos días tan especiales, porque con los años se ha instaurado como parte de la tradición y no hay casa en la que falte el acebo durante la celebración de la Navidad. Pero ahora tú ya conocerás la historia del acebo y podrás sorprender a tus invitados y familiares con su importante tradición.