Los productos ecológicos se han vuelto de moda, y las tiendas bio cada vez aumentan más en el mercado actual. Esto se debe no únicamente a un consumo de comida más sana o con menores ingredientes procesados, sino también una mayor concienciación del proceso de envasado y los químicos que se emplean incluso en productos que no pasan directamente por cadenas industriales a fin de que se conserven.
La inversión en productos orgánicos, a largo plazo, aporta una mejora al bienestar, no solo de nuestro cuerpo al ser productos más naturales y menos agresivos para nuestro organismo, sino también del planeta, al tener un consumo en el que han intervenido menos componentes dañinos para nuestro ecosistema. Por ello, siempre que sea posible, es recomendable optar por la compra de productos ecológicos, entre otros, por los motivos que indicamos a continuación.
Son más saludables
El principal motivo por lo que la población tiene una noción de qué es un alimento ecológico o bio es por ser más natural, y, al contener menos químicos sintéticos, más saludable.
Las frutas y verduras ecológicas están libres de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes. Estos químicos se suelen emplear con frecuencia para eliminar plagas que dañan las cosechas, aunque, a lo largo plazo, pueden generar enfermedades crónicas e incluso neurodegenerativas.
Se venden en su mejor momento de maduración
Muchos productos, como los plátanos, son extraídos aún cuando faltan por madurar y maduran dentro de los camiones y fábricas en las que posteriormente se comercializan, o se congelan al madurar antes de tiempo para que no se pudran. En cambio, los productos ecológicos y locales se obtienen en un momento óptimo de maduración, lo que significa que estos productos tendrán más nutrientes.
Menor envasado
Los productos comercializados en supermercados se caracterizan por tener altas cantidades de plásticos y envasados que cubren el alimento en sí. Los productos ecológicos se suelen comprar por sistemas a granel, al igual que los mercados tradicionales, por lo que se utilizan nuestros propios envases y se estimula la reutilización y sostenibilidad del planeta.
Productos de temporada
La comida ecológica estimula el consumo de fruta de temporada, es decir, la que procede según la estación del año. Hoy en día, la mayoría de frutas, al crecer en invernaderos, pueden ser consumidas en cualquier época del año, lo que crea un sistema que lo aleja de la época en la que mejor prosperan. La fruta de temporada garantiza su naturalidad y autenticidad, por lo que es aconsejable su consumo en la época que corresponde.
Tienen calidad garantizada y certificada
Los alimentos que proceden de la agricultura ecológica, sujetas al Reglamento Europeo 2092/91, llevan un etiquetado con el logo correspondientepor la Unión Europea que certifican que han sido cosechados de forma natural y sin aditivos químicos, por lo que es un elemento a tener en cuenta respecto a la fiabilidad del propio producto.
Son respetuosos con el bienestar animal
Al hablar de productos ecológicos no únicamente hacemos referencia a frutas, verduras y hortalizas, aunque sí es cierto que copan gran parte del mercado al relacionarse la comida ecológica con los productos vegetarianos y veganos. La ganadería ecológica es aquella que permite que los animales crezcan en libertad, respetando su ritmo natural de crecimiento.
Además, los pastos y comidas que se dan a los animales están libres de químicos, y los animales no son manipulados ni artificialmente con crías extensivas ni de forma genética, ni con fertilizantes para lograr una mayor producción. Por ello, en el consumo de productos de origen animal ecológicos no encontraremos hormonas, transgénicos, antibióticos, pesticidas o cualquier otra sustancia artificial. Además, los animales que han vivido en granjas donde están con estrés cosechan productos de menor calidad que los que viven en libertad.
Son sostenibles y respetuosos con el ambiente
El uso de la agricultura ecológica frena la desertificación (la incapacidad del suelo de ser fértil), favorece la retención de agua de la tierra y no contamina los acuíferos. Además, también potencia la fertilidad natural de los suelos y emplea de la mejor forma los recursos naturales de las tierras, algo que se trunca al usar químicos.
Ahorro a largo plazo
A pesar de que la mayoría de productos ecológicos que se venden en las tiendas suelen tener un precio algo más abultado que el que se ofrecen en supermercados, a la larga son más rentables, ya que, al contener un menor grado de productos químicos (o no tener), evitan enfermedades causadas a raíz de nuestra alimentación como el cáncer de estómago o la diabetes, entre otras de las dolencias causadas a raíz del consumo de productos con pesticidas y otros químicos.
Son más sabrosos y nutricionales
Al estar cultivados sin forzar su crecimiento en épocas que no suelen cosecharse o sin forzar su ritmo de crecimiento, estos alimentos orgánicos, procedentes de huertas y granjas ecológicas, son más sabrosas y nutritivas que los convencionales.
En diferentes estudios comparativos entre productos ecológicos e industrializados, se han demostrado que los primeros contienen más cantidades de oligoelementos, vitaminas y minerales.
Contribuyen al comercio justo
Los productos ecológicos, al tener una intervención maquinaria mucho menor, requieren más mano de obra humana, lo que significa más puestos de trabajo. Aunque es cierto que estos mayores costes suponen un aumento de precio respecto a productos no ecológicos, estos ayudan al desarrollo de los entornos donde se producen y son un símbolo de consumo responsable y desarrollo social.