Una boda significa celebrar el enlace definitivo entre dos personas y se trata de uno de los momentos más importantes dentro de la vida de una pareja. Además, cada vez son más los felices novios que rechazan una boda tradicional en favor de una celebración personalizada y que se ajuste a sus gustos. Religiosa, por lo civil, en el campo, temáticas, de estilo vintage o boho chic... las posibilidades son infinitas para hacer que este momento sea perfecto y quede siempre en la memoria de la pareja. Eso sí, cada vez son más las personas que apuestan por una boda con el mar como testigo; es decir, lo que se conoce como una boda ibicenca.
Esta tendencia surgió en los años 60, inspirada en la corriente hippie y se ha convertido en una de las opciones predilectas para todas aquellas parejas que quieren huir de un enlace tradicional. La suave arena dorada bajo los pies, la brisa marina y unos invitados vestidos de blanco conforman un cuadro ideal en el que celebrar una boda de cuento de hadas. Sin embargo, aunque la playa da mucha libertad y supone que el rito del enlace sea mucho más relajado, lo cierto es que sigue habiendo algunas normas y protocolo para que el enlace salga a pedir de boca. A continuación, tienes algunos consejos con los que celebrar una boda ibicenca que todo el mundo -y no sólo los novios- recordarán.
¿Cómo debe ser el lugar en el que se celebre en enlace?
Como bien dice su nombre, en principio una boda ibicenca debe celebrarse en una playa de Ibiza. Sin embargo, trasladar a todos los invitados a la isla puede ser algo bastante complicado, por lo que también sirve la opción de celebrar en enlace en una cala más cercana que los novios escojan. Por otra parte, aunque pueda parecer que una playa pública no necesita de permisos para celebrar este tipo de eventos, no cometas ese error. Una boda en la playa necesita un permiso que hay que pedir en el ayuntamiento de la localidad, sobre todo si se celebra en verano -siendo ésta la temporada perfecta- y las playas pueden estar llenas de gente. Y no se trata de un permiso gratis, sino que hay que pagar una tasa que, dependiendo de la playa seleccionada, puede variar entre los 300 euros y los 3.000 euros. Además, lo más probable es que la institución que extienda el permiso es que pida más información referida al tipo de estructura que se va a colocar en la arena, la hora a la que se va a celebrar el enlace o el número de invitados que van a asistir.
¿Cuál es el 'dress code' para una boda ibicenca?
Este tipo de bodas se caracterizan por su sencillez y su tendencia al estilo hippie, características que también hay que trasladar al vestuario de los invitados y de la pareja.
Los invitados
A la hora de extender las invitaciones a sus familiares y amigos, los novios deben puntualizar que se trata de una boda ibicenca en la playa. Esto significa unas normas de vestuario bastante estrictas: color blanco o nude, zapatos cómodos y accesorios marinos o florales. Las invitadas pueden optar por trajes vaporosos con mangas largas y peinados poco elaborados, ya que la clave es la naturalidad. Por su puesto, los tacones también deben evitarse. Si la pareja quiere estar segura de sus invitados estén realmente cómodos, pueden optar por poner algunas sandalias a disposición de los invitados más olvidadizos. En cuanto a los hombres, los trajes de algodón y lino son la clave, pudiendo poner algunos toques azules o morados en sus solapas para dar un toque de color al look.
El novio
El protagonista del enlace también debe seguir las normas de protocolo en lo que al color se refiere. Debe olvidarse del chaqué y apostar por una combinación de pantalón y camisa más sencilla. Una buena opción es que el conjunto sea de algodón o lino, con el que estará más cómodo y evitará pasar calor.
La novia
Como en cualquier otra boda, todos los ojos van a estar puestos en la novia. Su vestido debe apostar por la sencillez y el estilo hippie, siendo poco recomendables los cortes sirena o princesa. La silueta debe ser suelta y vaporosa, pudiendo optar por el escote que mejor le siente, ya sea un vestido de tirantes como de mangas largas rematadas en picos. En cuanto al calzado, aunque hay novias que optan por ir descalzas, unas sandalias serán la mejor opción y éstas deben ser cómodas para que pueda caminar por la arena sin dificultad. En lo que se refiere a los complementos, un velo largo no siempre es la mejor opción si se tiene en cuenta la arena o el posible viento que pueda hacer que se convierta en una auténtica molestia. Puede ser sustituido por una diadema de flores sobre el cabello suelto ligeramente ondulado.
La decoración, clave en una boda ibicenca
A pesar de que la arena de la playa y el mar componen el mejor decorado natural para este tipo de enlaces, también será necesario colocar algún que otro elemento de decoración que deben ser lo más sencillo posible. Comenzando por el altar, éste se puede construir con un sencillo arco o estructura de madera cubierto por una cortina de tela o de gasa de color blanco. Además, como en cualquier otra boda, tampoco pueden faltar las flores a los pies del altar. Éstas, por su puesto, pueden ser de color blanco pero también de otra tonalidad que ayude a romper un poco la monocromía como el rosa, el amarillo o el azul. Por último, un detalle que puede ser clave para una decoración de sobresaliente: los farolillos.
Poner guirnaldas y bombillas en lo alto puede ser un poco complicado si la boda es en exterior, por lo que se pueden sustituir por grandes farolillos con velas encendidas. Estos quedarán ideales si la boda es de tarde y se pueden ponerse tanto en los pies del altar como a lo largo del pasillo central por el que entrará la novia. En cuanto al espacio de los invitados, para que éstos no tengan que estar de pie durante todo el enlace, se tendrán que colocar filas de sillas. La mejor opción es que éstas sean blancas, de rafia o de madera natural y se puede añadir algún cojín de tonalidad clara. También se pueden decorar los respaldos con pequeños ramilletes de flores o motivos marinos como conchas o estrellas de mar.
A la hora de celebrar el banquete, no tiene sentido que la naturalidad y sencillez de un enlace ibicenco se vuelta más estricto durante el convite. Por eso, cada vez son más las parejas que apuestan por una barra de buffett al aire libre y unas mesas con manteles blancos en las que los invitados puedan sentarse donde quieran. También se pueden añadir algunas flores como centro de mesa, más motivos marinos. Además, el espacio puede estar iluminado por antorchas encendidas que darán al ambiente un toque mucho más íntimo, romántico y mágico. Y, para poner el broche de oro a la ceremonia, los novios pueden organizar una traca de fuegos artificiales o encargar farolillos voladores con velas que los iluminen desde dentro. De esta forma, cada invitado podrá soltar su propio farolillo y pedir su mejor deseo para los novios.