Es una especie arbórea de hoja perenne de la familia de las Cupresáceas. Se trata de un árbol muy longevo, ya que hay algunos que han superado los 1000 años. En algunas zonas de Estados Unidos se conoce como ciprés italiano, ya que esta especie es muy común en Italia.
Características del ciprés
Es una conífera, por eso tiene una hoja perenne y puede llegar a medir los 20 metros de altitud. Por otro lado, su diámetro puede ser de alrededor de 60 centímetros. Su porte es muy piramidal, y crece muy rápido en los primeros años de vida, calmándose según van avanzando los años y pudiendo vivir hasta 300 años.
Suele tener el tronco muy recto y su corteza suele ser delgada. Las hijas son muy pequeñas con forma de 'escama'. Suele florecer a finales de invierno y puede tener flores masculinas y femeninas. Las masculinas tienen forma de cono y cuelgan de las puntas de las ramas, y las femeninas son ligeramente esféricas.
Sus semillas se encuentran en los conos y poseen una propiedad germinativa muy duradera. Además,sus raíces están bien desarrolladas, las secundarias son horizontales, superficiales y alargadas, lo que le permiten anclarse firmemente al suelo.
Usos del ciprés
Debido a su forma son muy útiles como cortavientos sobre todo en las regiones de cultivo, aunque no son buenos para formar setos en los jardines. Su madera es de color pardo, y es muy común en la fabricación de los muebles, de piezas de artesanía o tableros, igual que sucede con otras maderas como la de pino, abeto, chopo o castaño.
Se suele usar en ebanistería fina, en carpintería, construcción en esculturas. Es muy resistente a la humedad, y desde el pasado se ha usado en la industria naval, y otro de los usos es la construcción de guitarras. Es la madera tradicional en la elaboración de guitarras flamencas, con un timbre muy característico. En cuanto a la medicina, sus hojas se han usado para tratamientos de varices, úlceras varicosas, hemorroides y problemas de próstata. Es astringente, expectorante, diurético, vasoconstrictor, sudorífico y febrífugo. Hay quienes creen en su valor como una barrera cortafuegos, aunque esto no está del todo probado, no obstante, sí que se tiene constancia de que en alguna ocasión sí que han tenido esta función.
Cuidados y cultivo del ciprés
Pese a que prefiere el sol y los climas más cálidos, el ciprés resiste muy bien el frío, las heladas, el viento y la sequía, así como la contaminación y la escasez de mantenimiento.
Este tipo de plantas son muy sensibles al exceso de humedad, pudriéndose las raíces en cuestión de días y trayendo consigo que las hojas se vuelvan marrones. La planta puede morir, aunque antes pueden generarse hongos. Por lo general se deben de regar una o dos veces por semana, máximo tres, pero hay que tener en cuenta otras cosas, como dejar las distancias adecuadas entre las plantas, lo ideal sería dejar una distancia de 50cm como mínimo para que pueda crecen bien.
Simbología del ciprés
No se sabe muy bien de dónde viene su simbología funeraria. Se cree que como siempre está verde y apuntando hacia el cielo, que ayuda a las almas muertas a elevarse hacia esa dirección. De acuerdo con Teofrasto el ciprés común estaba consagrado a Hades, el dios de la muerte, ya que sus raíces nunca daban nuevos brotes una vez talado el árbol.
Por otro lado, Horacio decía que los antiguos enterraban a los muertos con una rama de ciprés y envolvían sus cuerpos en sus hojas. Por su parte, Plinio el Viejo comenta que una rama de ciprés colgada en la puerta de una casa era un signo fúnebre.
Pero mientras algunos lo ven como un símbolo de muerte, otros lo ven como un símbolo de hospitalidad. En la antigüedad se plantaban a la puerta de una vivienda dos cipreses para indicar a los viajeros que la hospitalidad de la casa les ofrecía comida y cama durante unos días.