La madera es una de las materias primas de origen vegetal más explotada y usada por el hombre que se obtiene de la parte de debajo de la corteza de los árboles con tallo leñoso. Es un material ortótropo, es decir, que tiene dos o tres ejes ortogonales entre sí, de doble simetría rotacional.
La elasticidad de la madera varía dependiendo de la dirección de deformación. Y es que los árboles en los cuales podemos encontrarla se caracterizan porque tienen troncos que crecen año tras año formando anillos concéntricos correspondientes al diferente crecimiento de la biomasa según las estaciones. La gran ventaja de la madera es que es un recurso orgánico, renovable, abundante, económico y fácil de trabajar. Además, esta materia prima está cada vez mejor considerada en la industria de la construcción porque es una verdadera apuesta de futuro para afrontar el cambio climático.
Las personas tienen un especial rechazo o preocupación con las casas de madera porque dudan de si la estructura será lo suficientemente resistente o de si este material es propenso a la humedad, al deterioro del tiempo, al fuego o al clima. Y es que lo primero que hay que plantearse al trabajar con madera como material de construcción es su origen. En España, la mayoría de la madera utilizada proviene de los Pirineos.
La decisión de si una casa va a ser de obra, de madera o de cualquier otro material depende del terreno del que dispongamos, del uso que se le vaya a dar a la vivienda, sus requerimientos a nivel de eficiencia energética y el presupuesto con el que contemos. A continuación, vamos a analizar el sistema constructivo de madera que, por lo general, suele ser más caro y las claves para construir una casa de madera.
1. Valora las posibilidades de construcción
No puedes diseñar ni construir una casa de madera sin antes ver todas las posibilidades que tienes a tu alcance para poder seleccionar la que mejor te venga para tu proyecto. Hay muchos productos para llevar a cabo la construcción de una casa de madera: vigas, contralaminados o paneles de fibras, pilares, aislamientos de corcho o de celulosa, entre otros.
Si sabes de forma segura que quieres una casa de madera natural tendrás que elegir los materiales que, siempre que se pueda, sean 100% sostenibles y orgánicos, y que no hayan sido tratados o que no contengan productos tóxicos que disminuyan las propiedades naturales de la madera. Esto no significa que no podamos utilizar productos y derivados de la madera que hayan sido tratados, sino que hay que tener precaución con aquellos productos que están en contacto con las superficies que tocamos o el aire que respiramos.
En cuanto al diseño de estas casas, puedes optar por aquellas de fabricación artesanal cuyo resultado final es de estilo rústico, como por aquellas más modernas en las que se trabaja con cortes mecanizados que dan una apariencia más uniforme. La ventaja es que como la madera es un material de construcción en seco se puede construir en cualquier época del año.
2. Presupuesto
El importante que sepas el total de dinero que te va a costar la construcción de este tipo de casa para saber qué opciones te puedes permitir y cuáles no. Sé coherente con la inversión que realices, pero no por ello renuncies a la calidad de los materiales. Pon todo en una balanza y prioriza entre la calidad, la eficiencia energética, los metros cuadrados que quieres que tenga la vivienda, etc.
3. Define la estructura
Los sistemas estructurales que trabajan con la madera como materia prima más usados son el Ballon Frame (entramado ligero) o el sistema CLT (muros portantes de madera). El primero de ellos consiste en una estructura de pilares macizos de sección reducida que se estabilizan entre sí gracias a la formación de una especie de cajones que tienen distancias de alrededor 1 metro. Es un sistema resistente, ecológico, económico y que reduce el tiempo de obra y montaje. Además, con el Ballon Frame se pueden hacer proyectos a medida según las necesidades de cada cliente.
El sistema CLT se refiere a paneles contralaminados que se llevan a cabo encolando una sucesión de capas de tablas de madera. Permiten una amplia libertad de diseño arquitectónico porque dispone de una gran variedad de formatos. Su montaje es simple y se puede hacer en seco, lo que reduce también el tiempo de construcción. Son estáticos y resistentes.
4. La fachada
El problema a la hora de elegir una fachada apropiada no reside en los tipos que existen, pues hay una gran oferta a disposición del cliente. Lo que hay que tener en cuenta es que la hoja exterior tenga una lámina cortavientos, una hoja protegida contra el agua y un sistema de protección para evitar que la humedad y el agua suban mediante capilaridad en contacto con el terreno.
Gracias a todo esto nos aseguraremos de que la vivienda tenga una mayor durabilidad. Y es que la madera exterior debe mantenerse y limpiarse anualmente con barnices y aceites de origen natural. Por ejemplo, la resina de arce es muy duradera y resistente, aunque da un tono gris a la madera. Lo mejor es que no pongas madera en la fachada a no ser que esté protegida completamente por el sol.
5. Aislamiento
Hay que poner un grosor de aislamiento térmico apropiado para que no se escape el calor. Normalmente se utiliza un espesor mínimo de entre 15 y 20 cm, aunque depende del clima de la zona en la que te encuentres. Debes tener en cuenta que no haya puentes térmicos, es decir, puntos de la envolvente donde se pierde la continuidad del aislamiento y se genera una pérdida de calor considerable debido a un error de diseño, desconocimiento o fallo constructivo. Esto podría hacer que perdieses la inversión del aislamiento.
6. Impermeabilización
En el exterior habrá que impermeabilizar todas las superficies debido a que son más vulnerables ante la humedad. Sin embargo, en el interior bastará con impermeabilizar las zonas que sean más débiles y puedan tener problemas de humedad debido al contacto con el agua.
Aun así, es recomendable usar una membrana transpirable que permita que se seque la humedad porque puede darse que la impermeabilización de la madera actúe como barrera de vapor y se condense el interior de la casa de madera. Sea como sea, ten en cuenta que los productos que utilices no contengan disolventes ni sean tóxicos para tu salud. Los productos inocuos y las resinas deben tener un olor neutro y agradable.
7. Insectos y roedores
Protege la madera de estructuras, techos y muros contra el ataque de insectos y roedores, que son el principal enemigo de la madera, sobre todo las termitas. Si la madera pasa por un buen proceso de cortado y secado en el aserradero no habrá ningún tipo de problemas con las termitas porque no encontrarán los suficientes nutrientes en tu madera.
8. Fuego
Gracias a los avances tecnológicos y al conocimiento en este tema se ha conseguido que se pueda construir con madera sin riesgo de sufrir incendios. De hecho, donde es más probable que se produzca el fuego es en el interior. Y es que un incendio se genera cuando una chispa entra en contacto con un material inflamable como cortinas, alfombras, moquetas, algunos muebles...
Sin embargo, la madera es un material que cuenta con una baja conductividad térmica, por lo que la temperatura no se transmitiría de forma fácil a las otras estancias de tu casa en caso de incendio. Es más, tardaría en afectar a la estructura y al resto de materiales. A pesar de todo esto, la madera tiene que cumplir una normativa muy exigente de prevención de incendios.