El color azul, igual que el resto de la gama cromática, tiene asociadas una serie de ideas y concepciones. Algunos ejemplos son la calma, la tranquilidad, la masculinidad, la energía, la credibilidad y confianza, entre otros muchos. Teniendo todo esto en cuenta, este color puede ser el correcto para aplicar en alguna de los cuartos de nuestro hogar.
El azul en dormitorios
El dormitorio es una de las estancias más adecuadas para utilizar el color azul. Como se menciona más arriba, transmite calma, tranquilidad, etc., por lo tanto es el más idóneo para un espacio al que vamos a descansar, relajarnos y dormir. De esta manera, los instantes previos al descanso que tengamos iluminado esa estancia nuestro cerebro estará recibiendo a través de la vista todo este tipo de sensaciones.
Este color podemos utilizarlo en distintos elementos: las paredes, los muebles, la ropa de la cama, etc., pero debemos de pensar también en cómo combinarlo, porque el azul en exceso puede generar sensación de agobio. Además, si es un tono muy oscuro, resta iluminación. Por este motivo, debemos pensar en la opción de, por ejemplo, si el color es para las paredes, que las molduras de estas y el techo sean blancas, para contrarrestar un poco su efecto.
En su tonalidad pastel es también una muy buena opción para las habitaciones de los más pequeños. Aportan algo más de alegría que una simple pared blanca pero sin llegar a ser algo muy llamativo. Además, podemos jugar con la idea del azul del cielo, pudiendo introducir vinilos con distintos elementos como las nubes, por ejemplo.
El azul en baños
Otra buena opción es decantarnos por el azul en los cuartos de baño y aseos de nuestro hogar. ¿Por qué? El azul es el color del mar y solemos asociar el agua en general con esta tonalidad. Con esta idea, se relaciona también con la limpieza, la frescura y, como se mencionó más arriba, la calma, algo que también puede ser muy necesarias en este cuarto.
Las opciones también son muy variadas a la hora de jugar con el color, pero la preferida es la de utilizarlo para los azulejos en paredes y/o suelos, combinado luego los distintos elementos como la bañera en tonos claros, especialmente el blanco. Si no queremo algo tan excesivo, siempre podemos recurrir a él para otros objetos como la cortina de la ducha, la alfombrilla, las toallas, etc.
El azul en los salones
Estas serían las dos opciones más comunes para estancias de una casa para utilizar el color azul como elemento decorativo, pero esto no quita que pueda ser empleado también en otras. Por ejemplo, podemos usarlo también en el salón de nuestra casa. Normalmente esta es una de las habitaciones a las que mayor uso se le da a lo largo del día y en la que el ajetreo puede ser constante. Por esta razón, un poco de calma a través del color puede venir muy bien.
Se puede jugar con las combinaciones también en este caso, y si pintar todo de azul nos puede parecer excesivo, podemos hacerlo solo en una de las paredes y las demás dejarlas, por ejemplo, en blanco. Puede parecer arriesgado pero el resultado es muy bonito.
Y si ninguna de las maneras nos convence la idea de pintar las paredes, el color azul puede ser también una opción para pequeños elementos de la estancia. Cuadros, una manta o incluso el sofá son objetos que podremos encontrar en distintas tonalidades y que se pueden adaptar muy bien a la decoración si esta es una de la ideas.
El azul en las cocinas
A la hora de decorar no hay nada prohibido, pero sí que debemos de tener en cuenta todos los factores. Cabe mencionar que el azul es considerado un color frío y, consecuentemente, también transmite esa sensación. Esto es beneficioso si la intención es contrarrestar el efecto contrario. En el caso de la cocina, es un lugar en el que acostumbra haber el calor de los fuegos, del plato de comida... en definitiva, donde lo que se busca es el calidez. Por lo tanto el efecto frío de este color puede no ser deseado ya que incluso, dicen los expertos de la psicología, puede llegar a reducir el apetito.
No obstante, todo esto no quita que, si quieres utilizarlo, puedas. De hecho cada vez se acostumbra más a utilizar el color azul en esta estancia. La opción ganadora siempre suele ser el color aplicado a los muebles combinados con encimera de mármol. Entre estos dos elementos se suele producir un contraste importante, es decir, si el azul de los muebles es oscuro, el mármol suele tender a la tonalidad más clara. Aunque si lo que necesitamos es dar luminosidad a esta estancia, que todo esté en tonos claros será de gran ayuda.