El verde es el color de la naturaleza, de la vegetación y también se asocia con la esperanza, el dinero y el veneno. En verdad, no tiene ni connotaciones positivas ni negativas, sino que éstas vienen en función del color con el que se combine. Esto es algo muy importante si nos guiamos por las sensaciones que transmiten los colores a la hora de usarlos en la decoración.
Esta tonalidad es resultado de la mezcla de los colores azul y amarillo. En función de los niveles de uno u otro, puede variar considerablemente. Hay que tener en cuenta que existen aproximadamente unas 100 tonalidades distintas de verde. También influye mucho el tipo de luz con la que vaya a ser iluminado, lo que hará cambiar mucho la percepción de la tonalidad.
Lo bueno que tiene esta elección, es que estamos acostumbrados a verlo en la naturaleza rodeado de otros muchos colores, por lo que nuestros no nos llamará la atención verlo combinado con otras gamas cromáticas. Por este motivo, si se utiliza para la decoración de interiores, aunque lo utilicemos como color predominante, cualquier pequeño detalle en un color distinto no quedará mal.
El verde en dormitorios
El color verde transmite paz, armonía y positivo; por este motivo es idóneo para utilizar en dormitorios ya que son espacios destinados al descanso y el relax. Como se mencionó, debido a la mezcla de azul y amarillo hay muchas tonalidades. Por eso, las opciones oscilan desde un verde pastel, pasando por un verde intenso hasta el verde oscuro.
Si lo que se quiere es obtener calma, lo mejor es que el elegido sea un verde sin un tonalidad demasiado fuerte como un verde menta. Tampoco es aconsejable que sea un verde oscuro porque resta mucha iluminación al cuarto. Sin embargo, si lo que se está decorando es un cuarto infantil, el verde más chillón como el verde pistacho sí que es una opción que se utiliza mucho porque es muy animado.
Cabe mencionar que, de forma mayoritaria, el color verde es utilizado en los dormitorios más como color para complementos que para color dominante. Por eso es muy común en ropa de cama, lámparas, cortinas, alfombras... de forma que se le aporta esa frescura de forma más puntual pero igualmente llamativo.
El verde en baños
Sin lugar a dudas, si hay una estancia a la que asignar el color verde por excelencia son los cuartos de baño. Si bien el color azul siempre es la opción más común por su inminente asociación con el agua; al verde le pasa algo similar. Este, como ya se dijo, es el color de la naturaleza y la frescura, algo muy ligado con un espacio en el reina la limpieza. También transmite calma y nos tranquiliza, perfecto para ciertos momentos como puede ser un baño de agua caliente después de un largo día en el trabajo.
De igual manera que se dijo en los dormitorios, las opciones de jugar con este color son infinitas. Podemos utilizarlo de manera general a través de las paredes, suelos, o bien a través de pequeños detalles como las toallas, alfombrilla elementos como la jabonera. Esta última opción es, sin duda, la ganadora. Además, también es perfecto introducir algún tipo de planta debido a ser un cuarto que contiene mucha humedad. Así también introducimos el verde de forma distinta.
El verde en salones
El salón es sin duda la zona más versátil de un hogar. Es un espacio donde a veces vamos a relajarnos, a tumbarnos en el sofá a ver la tele o leer un libro. Pero también es un lugar en el que los niños juegan, la familia se reúne y se producen largas charlas muy animadas. Por esto, las opciones adecuadas para decorar son muy variadas y en función de lo que queramos transmitir usaremos unos u otros.
Si lo que queremos es un espacio de calma, lo ideal son los tonos más apagados, bien en tonalidades claras o incluso en tonalidades más oscuras, en el caso de que queremos un lugar más acogedor. En esta estancia no hay límites a la hora de los colores, por eso no es una mala opción pintar las paredes, o incluso que el elemento principal que es el sofá sea de color.
Como ya se dijo, este color combina muy bien con otros. Por eso es interesante introducir otros elementos puntuales en azul o rojo, por ejemplo. También es opción ganadora el uso de tonos marrones o beiges como los de la madera junto a este color, obteniendo sin duda el efecto naturaleza en su totalidad, así como un espacio fresco.
El verde en las cocinas
Esta es sin duda la estancia de la casa en la que menos se arriesga a la hora de la decoración. Esto es debido a varios factores: la imposibilidad de hacerse una idea del resultado hasta que este está finalizado, la gran inversión que supone además del tiempo que va a seguir igual, que oscila entre 10 y 15 años. Posiblemente por todo estos motivos, a la hora de idear la decoración de una cocina se opta por colores más neutros, más fáciles de combinar y que no lleguen a causar cansancio después de un determinado tiempo.
Pero también hay la opción de arriesgar y hacer de la cocina un espacio llamativo y singular. Actualmente es menos complicado encontrar elementos coloridos para las cocinas. Una de las mejores opciones desde hace unos años son los frigoríficos retros en distintos colores, especialmente es verde aguamarina. También la opción de detalles en color es una de las elecciones más comunes: sillas o taburetes, jarrones, jarras, mantelería... O ya la opción más arriesgada pero vencedora: el verde en los muebles. Esto va a aportar un toque distinguido, así como gran frescura a un espacio en el que también es necesaria.