Unas buenas toallas de baño son claves a la hora de poder secarse el cuerpo después de asearse y mantener una buena higiene corporal. El problema de las toallas es que se deterioran rápidamente y llegan un momento que la suavidad del principio desaparecen llegando a ser bastante rugosas y molestas al tacto con la piel. Hay mucha gente que no le da la importancia que tienen y optan por toallas de mala calidad que combinen a la perfección con la decoración del baño.
Es aconsejable el optar por toallas que sean de calidad y que su suavidad persista lavado tras lavado. No pierdas detalle de los siguientes consejos que te ayudarán a tener unas toallas en perfecto estado y que te ayudarán a secarte bien el cuerpo después de una buena ducha o baño.
Qué hay que tener en cuenta a la hora de comprar unas toallas de baño
Hay una serie de aspectos que debes tener en cuenta siempre que vayas a comprar una toalla. Lo primero que debes hacer es fijarte en la suavidad y en la textura de la misma. Debes tener en cuenta que la toalla entra en contacto con la piel por lo que resulta esencial el que sea suave y te sientas bien cuando te secas tu cuerpo después de darte una ducha.
Aparte, las toallas van a formar parte de la decoración del baño por lo que es importante que elijas un color y un diseño que no desentone con el resto de la estancia. Aunque nunca te hayas quedado a pensar en ello, hay otra serie detalles algo más técnicos que debes tener en cuenta al comprar una toalla de baño.
La capacidad de absorción es súper importante ya que debe secar bien todo el cuerpo y no quedarse mojada. En muchas ocasiones, las toallas de mala calidad se humedecen demasiado rápido y después tardan mucho en volver a secarse. No hay nada más molesto e incómodo que el tener que secarse con una toalla mojada ya que la sensación no es buena. Como has podido ver, hay que tener bastantes detalles en cuenta antes de comprar una toalla de baño.
Material
El material de las toallas también es importante a la hora de elegirlas adecuadamente. Las toallas de algodón absorben perfectamente el agua por lo que el secado de tu cuerpo es perfecto y sin nada de humedad. Es importante que te fijes en la etiqueta y observes que es algodón 100% ya que en ocasiones el material no es del todo algodón, y la absorción no es la deseada por la persona.
Aparte del algodón, hay muchas toallas elaboradas con bambú. Este tipo de material es antibacteriano por lo que es perfecto para aquellas personas susceptibles de tener alergias. Si quieres una toalla que sea higiénica, no dudes en optar por este tipo de material. Además de ello, el bambú hace que la toalla sea muy suave al tacto, algo que es muy importante sobretodo si se trata de un textil que entra en contacto continuo con la piel.
A día de hoy hay un material con bastante éxito y es la microfibra. Se trata de un material mucho más fino que el algodón y absorbe mucho mejor la humedad de la toalla. La diferencia con el algodón es que su tacto no es tan suave aunque a la hora de llevarlas de viaje, puede llegar a resultar mucho más cómoda una toalla elaborada a base de microfibra.
Las toallas hechas de poliéster son las más económicas que puedes encontrar en el mercado, además de absorber muy bien la humedad y repeler mucho mejor las manchas de suciedad. El problema es que se deterioran con mucha más facilidad debido a que suelen combinarse con otro tipo de materiales.
Cómo cuidar y conservar las toallas de baño
Una vez que hayas comprado la toalla de baño adecuada es muy importante el conservarla y cuidarla de una manera correcta para que te dure el mayor tiempo posible y en unas buenas condiciones.
En primer lugar es esencial el lavarla antes de poder usarla. No debes lavarla con prendas de otros colores y usar una cantidad de detergente menor a la que sueles usar de una manera a la hora de hacer la colada. Una vez termine de lavarse, es aconsejable el tenderla rápidamente para que huela perfectamente.
A la hora de guardarla es bueno tener un espacio de almacenamiento amplio donde puedas poner el resto de toallas. No olvides tampoco el tender las toallas una vez las uses para secarte después de una ducha o un baño, ya que de lo contrario pueden llegar a coger un olor a humedad bastante desagradable.