¿Con ganas de tener un propio huerto totalmente ecológico en casa? No hace falta tener experiencia previa, solo conocer paso a paso qué hay que hacer y con qué elementos hay que contar. No pasa nada si al principio se está un poco perdido y no se sabe por dónde comenzar. Además de ser una de las últimas tendencias que no para de crecer, podrás disfrutar combinar la última moda en huertos con el disfrute de contar con verduras propias. Aquí descubrirás qué pasos hay que seguir y los métodos claves para conseguir un huerto ecológico de primera y con poco esfuerzo.
Consejos a tener en cuenta
A la hora de trabajar con la tierra que se vaya a utilizar para el huerto ecológico hay que tener en cuenta una serie de consejos. Para empezar, la tierra no deberá estar ni demasiado seca ni demasiado húmeda, ya que si está seca puede provocar el punto tempero o sazón con un poco de riego. Además, no habrá que profundizar y voltear la tierra a más de 50 centímetros. Y no hay que olvidarse nunca de que no hay que incorporar la materia orgánica en profundidad, puesto que se pudre y puede dar problemas al cultivo.
También, hay que conocer que hay diferentes tipos de cultivos, por lo que habrá que tener en cuenta las distintas nivelaciones para poder controlar de la mejor forma el riego. Aunque siempre es recomendable un riego por goteo, ya que ahorra agua y evita otros problemas. Una vez se haya preparado el suelo correctamente, la tierra del huerto se podrá acumular hasta en tres formas.
Era. Esta forma se usa principalmente para las especies en las que se lleva a cabo la siembra directa. El suelo se mulle y se alisa quedando totalmente a ras del terreno que no se ha trabajado. Después de esto, se hará una siembra de las semillas a voleo o en líneas, las cuáles se irán aclarando según crezcan las plantas.
Caballón. También conocido como surco, es el tipo más conocido. Esta forma de acumular la tierra consiste en dejar varias lomas levantadas, con el fin de que entre medio de los surcos se mantengan las plantas alejadas de posibles encharcamientos y por dónde se podrá pisar en un futuro cuando se vaya a recoger la cosecha o cuando se realice algún tipo de mantenimiento del sembrado.
Bancal profundo. La mayoría de los cultivos se pueden adaptar fácilmente al bancal. Es recomendable que, para evitar futuros problemas al utilizar esta forma de preparar la tierra, la anchura no exceda los 1,20 metros. La longitud ya dependerá del terreno que se tenga para preparar la tierra y el diseño ya será dependiendo de cada caso particular. Aunque lo importante en el bancal es el aprovechamiento de espacio. Por ello, se utiliza en huertos urbanos o familiares, donde el terreno es bastante limitado, así se consigue más espacio para cultivo si se compara con el caballón.
De este tipo existe una variante conocida como Parades en crestall. Se hacen los bancales con una anchura de 1,50 metros y de 3 o 6 metros en huertos familiares. Estos se dividen en 3 partes, dos laterales de 60 cm y una central de 30 cm. Cultivando en las dos laterales y dejando la central con el fin de utilizarla para desplazarse por el bancal.
Abono orgánico
El abonado es un factor que será clave para que el huerto salga adelante, especialmente en suelos pobres, degradados o en recuperación. La materia orgánica mejora el suelo dando cohesión a los suelos más sueltos y ligera a los que son más compactos. Para el huerto ecológico será necesario contar con abono orgánico, el cual se podrá conseguir con un compostador, que reciclará la materia orgánica del hogar y se evitará generar residuos con el propio huerto. Además, existen distintos tipos de abonos orgánicos:
Compost. Este tipo de abono orgánico contiene todos los elementos más que necesarios que harán falta para tener totalmente nutridas a las plantas que se cultivarán en el huerto. Este abono orgánico se obtiene a partir de distintos restos orgánicos como vegetales o estiércol. Se produce tras un proceso natural de fermentación, con el que se forma un buen abono.
Humus de lombriz. Muchos lo consideran como el mejor abono orgánico para los huertos. Se trata de un abono que se produce por las lombrices durante su alimentación. A día de hoy hay instalaciones industriales de limbricultura que se encargan de la producción de este tipo de abono orgánico. Incluso, se puede producir de forma particular en los hogares a través de un vermicompostador.
Turba. Este tipo de abono se suele utilizar cuando se cultiva en semilleros y macetas. La turba es una fase previa de la mineralización en carbono de los restos vegetales. Se trata de un material oscuro y compacto, que cuenta con una riqueza en carbono, cerca del 60%. Por ello, para que se forme la turba debe darse condiciones con bajo oxígeno.
Mantillo. Dentro de este abono orgánico se dan dos tipos, vegetal y orgánico. El primero es materia vegetal descompuesta que se produce tras la limpieza de bosques y jardines. Es una mezcla de todas las ramas, corteza y hojas que se desprenden, que al encontrarse por debajo de la superficie y tras años de acumulación, presenta un principio de humificación. Se suele utilizar para los grandes espacios y es muy rico en nutrientes. El orgánico es materia vegetal descompuesta que presenta mezclas de estiércol compostados durante aproximadamente un año. Y antes de utilizarla hay que cribarla y desechar el polvo.
Pasos a seguir
Una vez se conoce todo lo anterior es hora de ponerse manos a la obra con el huerto ecológico. Pero hay que ser realistas, aunque sea fácil conseguirlo, un huerto necesita mucho tiempo de dedicación para que siga adelante. Por lo que es recomendable empezar con un huerto de un tamaño menor para ir cogiendo experiencia, pero cada uno elige finalmente que tamaño escoger para el huerto.
1. Las semillas se deberán plantar cuando recomiende el fabricante, suele ser recomendable hacerlo en primavera u otoño. Si se plantan semillas en otros meses es probable que no crezcan porque las condiciones no son las más adecuadas para su crecimiento. Por lo que, si no es mes de siembra, habrá que comprar ejemplares que ya estén crecidos para el huerto. Además, el lugar escogido para comenzar con el huerto deberá estar al sol. Ya que, por ejemplo, las verduras necesitan al menos de 6 horas de luz directa al día.
2. Una vez plantadas las semillas o los ejemplares crecidos habrá que añadir enriquecer la tierra con el abono orgánico que se haya elegido para el huerto, siempre se puede ir probando con el tiempo y comprobar qué tipo es el mejor. Después, se verificarán los niveles de pH de la tierra para saber si es neutro, ácido o alcalino y poder modificarlo. Si se van a plantar diferentes semillas habrá que dejar más distancia, ya que algunas plantas compiten por los nutrientes, afectando a su crecimiento.
3. Una vez se tenga totalmente preparado el suelo, se podrá comenzar con la siembra. A la hora de plantar, se debe tener en cuenta el tiempo de cultivo de cada una de las semillas, así como sus necesidades de riego o iluminación con el fin de que su cosecha sea buena. Y lo más recomendable es invertir en semillas que sean de buena calidad. También habrá que tener en cuenta el clima de la zona en la que se viva, ya que la temperatura no será la misma. Aunque, es cierto que existen variedades de cultivos que se adaptan a distintas condiciones de humedad y temperatura. Por lo que siguiendo todos estos pasos se conseguirá crear un huerto ecológico casero.