Aunque siempre se asocia la actividad de hacer punto o tejer a una actividad de personas mayores, como algo de abuelas, la realidad es que hoy en día tejer está de moda. Muchas famosas como Julia Roberts o Sarah Jessica Parker hacen punto en sus ratos libres o en los descansos de algún rodaje. Y es que, aparte de ser una actividad creativa y gratificante, es sana para la salud.
Hacer punto, y tejer en general, tiene multitud de beneficios para la salud. Es una de las labores más relajantes que existen y una herramienta muy útil contra el estrés. Al necesitar mucha concentración, añadiendo a esto el ruido que generan las agujas al tejer, esta actividad hace que te evadas por completo de tu alrededor. Además, es una actividad muy placentera y divertida cuando se hace en compañía, hablando con otras personas. Y, por si fuera poco, ayuda a prevenir la demencia y la pérdida de memoria o enfermedades como la artritis o la tendinitis. Hacer punto te hace más feliz, ya que se invierten muchas horas en crear una prenda y te sube mucho la autoestima cuando, después de terminar la prenda (única y exclusiva) la utilizas, sabiendo que lo has hecho tú mismo.
Antes de empezar a hacer punto, hay que tener los materiales necesarios para ello. Aunque hay multitud de materiales que se pueden utilizar, lo fundamental cuando se empieza es tener agujas de tejer y un ovillo de lana del color que más te guste y que sea de trama firme y gruesa para que no se abra cuando se esté tejiendo. También hazte con una bolsa rígida y cómoda para guardar tus confecciones y con una estuche para almacenar accesorios, como unas tijeras o marcapuntos. Todos los materiales los puedes adquirir de manera rápida y fácil en cualquier tienda de lanas. Ahora que ya se tienen los materiales, hay que empezar con la técnica.
Técnicas
Primero hay que familiarizarse con la aguja y la lana, por eso lo primero de todo que hay que aprender es a coger los puntos, primer paso básico a la hora de hacer punto. Antes de nada, hay que hacer un nudo corredizo para sujetar la lana en una de las agujas. A la hora de coger los puntos, el truco está en utilizar el pulgar que no sujeta la aguja como si fuera la segunda aguja y pensar que se están haciendo nudos. Los centímetros utilizados de hebra para montar puntos dependen de la lana y del patrón que se quiera seguir. Por ejemplo, si se quieren hacer 10 centímetros de muestra, multiplica esos 10 por 6, y dispón de 60 centímetros de hebra, suficiente para tejer. Además, es preferible que la hebra del inicio sea más larga siempre para poder rematar después y, a la hora del número de puntos que hay que montar, siempre se depende del proyecto, de las medidas y del patrón escogido.
Una vez aprendido el paso inicial, hay varias técnicas que sirven para realizar infinidad de prendas, desde gorros a bufandas. Estas dos técnicas son la de punto del derecho y punto del revés. El punto del derecho es el fundamental a la hora de tejer y, si todas las vueltas lo haces con esa técnica, conseguirás una prenda de punto Bobo. Como consejo, es bueno utilizar este punto en los bordes para evitar que la prenda se enrolle sobre sí misma. Para empezar con este punto, hay que hacer la primera vuelta sobre la se han cogido los puntos. La mano izquierda sujeta la labor (aguja A) y la derecha guía a la aguja B mientras se teje y sujeta la lana con el dedo meñique, mientras el índice guía la lana. Hay que meter la aguja B por debajo del primer punto, pasarla de nuevo por encima y volver a sacar la aguja y repetir el proceso hasta el final de la vuelta. Después, se da la vuelta a la agujas para que la B pase a ser la A y se vuelve a empezar.
Para el punto del revés, hay que coger la agujas de manera distintas, ya que la lana tiene que pasart por encima de la aguja B, y no por debajo. Tiene que pasar desde arriba y dejando siempre la lana por encima para que después pueda pasar bien la lana para rodearla. Luego, se tira la hacia detrás y se saca el punto por debajo de la aguja A, se vuelve a repetir hasta el final y se da la vuelta a las agujas.
Cuando se termina de hacer punto, hay que saber cerrar los puntos. Casi siempre, si no lo indica de otra manera el patrón, se cierra por el lado derecho de la labor. Primero hay que tejer los dos primeros puntos de la siguiente vuelta y téjelos. Cuando solo quede un punto de la aguja derecha corta el hilo dejando unos centímetros de largo y retira la aguja del punto, pasando el hilo por el último hilo y estirándolo para fijarlo bien. Para terminar, camufla ese hilo en el tejido.