La campana extractora es uno de los electrodomésticos que más se usan en la cocina, pues prácticamente todos los días se pone en marcha. Sin embargo, paradójicamente también es uno de los que menos se limpia. Y es que muchas veces se piensa que con pasar un paño por la parte frontal para eliminar las manchas más visibles es suficiente, pero nada más lejos de la realidad. Los expertos indican que siempre que se utilice la campana extractora se debe limpiar de forma superficial, mientras que cada 2 meses conviene hacerle una limpieza en profundidad. Y es que si la campana no está en perfecto estado y presenta una gran acumulación de grasa puede que el extractor de humos no funcione de forma correcta y todo el espacio de la cocina se llene con el olor y el humo de lo que se está cocinando. Una limpieza que se hace especialmente importante en el caso de las cocinas abiertas si se quiere evitar que toda la casa se llene del olor a comida.
¿Cuál es la forma correcta de limpiar la campana extractora?
Cuando se vaya a limpiar este electrodoméstico en profundidad habrá que desmontar parte de sus piezas para llegar a todos los rincones. Además, es imprescindible que la campana extractora esté desenchufada y se haya utilizado recientemente, aunque hay que comprobar que está fría para evitar posibles quemaduras. Finalmente, habrá que centrarse en 3 áreas: el exterior, el interior y los filtros. Cada una de las partes cuenta con unas características especiales que condicionan su forma de limpieza.
Limpiar los filtros
Estas son piezas esenciales, ya que son los dispositivos que retienen y disminuyen la cantidad de partículas en suspensión a la hora de cocinar. Estos filtros se deben limpiar, como mínimo, cada 2 meses al ser las piezas en las que más grasa se acumula. El primer paso para hacerlo será desmontarlos. Aunque cada campana extractora tiene su propio sistema de montaje, por lo general todas tienen unas pequeñas pestañas que hay que presionar para poder sacar los filtros. Si éstos no están demasiado sucios puedes optar por lavarlos bajo el agua del grifo con un estropajo o cepillo y unas gotas de jabón. Además, algunos filtros también están especialmente pensados para meter en el lavavajillas. Sin embargo, si hay que limpiarlos a mano y la grasa está muy incrustada habrá que recurrir a productos especiales antigrasa. Pulveriza el líquido sobre toda la superficie y deja que actúe durante unos minutos para que la grasa se ablande antes de frotar con un estropajo.
Otra opción es sumergir los filtros durante 20 o 30 minutos en una mezcla de agua y vinagre blanco a partes iguales. También se puede optar por sustituir el vinagre por lejía o unas gotas de amoniaco. Tras estar el tiempo indicado a remojo se podrá comprobar que la grasa se ha ablandado y tan solo habrá que frotarlos un poco con agua y jabón para que éstos estén completamente limpios. Sin embargo, un inconveniente que se puede producir en el caso de campanas extractora muy grandes es que los filtros no quepan en un barreño o palangana y sea imposible ponerlos a remojo. En este caso la solución es llenar 2 ollas grandes con agua y unas gotas de limón y ponerla a hervir. Cuando llegue a ebullición, añade un par de cucharadas de bicarbonato sódico y unas gotas de jabón de lavavajillas. Luego coloca los filtros apoyados sobre las ollas de forma que se empapen con el vapor, que poco a poco irá haciendo que los restos de suciedad se ablanden. Puede que el proceso lo tengas que repetir varias veces antes de poder limpiar la grasa restante bajo el agua del grifo. Eso sí, es muy importante que una vez estén los filtros limpios los dejes secar completamente antes de colocarlos de nuevo en la campana extractora.
El interior de la campana extractora también se limpia
Aprovechando que se han retirado los filtros de sus paneles será el momento perfecto para limpiar el interior de la campana. Sin duda, acceder a esta zona puede ser de lo más complicado, pero es necesario limpiarla para asegurarse de que el motor funciona correctamente y alargar la vida útil del electrodoméstico. Un truco muy útil para conseguirlo consiste en llenar 1 o 2 ollas grandes con agua y un chorrito de vinagre o unas gotas de zumo de limón y llevar la mezcla a ebullición. Pronto verás como el vapor del líquido empieza a ascender hacia el interior de la campana, donde se empezará a acumular y a ablandar la grasa.
Deberás dejar el agua hirviendo durante 1 hora y lo mejor es poner el succionador en marcha para que la limpieza sea más efectiva. Por otra parte, no pongas las ollas justo en el medio sino hacia atrás ya que es en la parte trasera donde se encuentran los motores de la campana extractora. A medida que los restos de suciedad se despeguen empezarán a caer gotas de grasa, tanto dentro del agua como encima de la vitrocerámica o de la encimera. Coloca unos trapos o un poco de papel de cocina para evitar las manchas y si ves que el agua se ensucia mucho cámbiala por una mezcla nueva. También tendrás que echar más agua a medida que ésta se evapore para no quemar la olla. Finalmente, pasa un paño o papel de cocina para eliminar el resto de agua sucia que se haya condensado en las zonas de la campana a las que se puede acceder fácilmente.
¿Qué ocurre con la parte exterior de la campana extractora?
La parte de fuera de la campana es la más sencilla de limpiar, algo que se recomienda hacer después de cada cocinado tanto en la parte delantera como en los paneles que protegen los filtros. No hace falta que sea una limpieza profunda, sino que con frotar un par de minutos con un poco de agua y jabón o con un producto desengrasante será suficiente. Lo más recomendable es utilizar una bayeta de microfibra, aunque también se puede optar por una esponja siempre y cuando ésta no sea demasiado áspera para evitar que el frontal se ralle.
Cuando se esté realizando la limpieza en profanidad también se recomienda desmontar aquellas piezas que se puedan desencajar fácilmente -por ejemplo si la campana extractora tiene un panel frontal abatible- para que se puedan limpiar más fácilmente. Tanto la parte frontal como estas piezas se pueden limpiar con las mezclas anteriormente señaladas en caso de que la grasa esté muy incrustada. Pero hay que tener en cuenta que aquellas campanas que cuentan con una pieza de acero inoxidable no se pueden limpiar tan fácilmente con los productos tradicionales, sino que habrá que utilizar limpiadores especiales. Eso sí, para eliminar las huellas y pequeños restos de suciedad tan solo habrá que poner unas gotas de aceite de oliva en el paño suave y frotar el acero hasta eliminarlas por completo.