Puede que el orden nos parezca una tontería pero vivir y trabajar en un ambiente que no está organizado puede suponer una fuente adicional de estrés. Y no estamos para añadir estrés a nuestro día a día ya de por sí lleno de dificultades.
Un escritorio lleno de cosas nos hace perder tiempo y puede suponer un estímulo de por sí molesto. Tener que apartar un montón de cosas cada vez que queremos alcanzar algo o tener más espacio para lo que estemos haciendo es un gesto innecesario y fácilmente remediable.
Además, muchas personas entienden que nuestro lugar de trabajo es reflejo de nuestra forma de trabajar. Un escritorio desordenado puede llevar a pensar a nuestros clientes, compañeros de trabajo o jefes que ese mismo desorden podría ser un problema a la hora de cumplir con nuestra labor.Para poner remedio a todo esto os proponeos unas ideas sencillas y útiles para ordenar nuestro entorno y que cada cosa quede en su lugar.
Deshacerse de lo prescindible
Antes de comenzar con la organización es importante ver qué cosas no nos hacen falta. Es común que tendamos a acumular cosas por si nos hiciesen falta en el futuro. Sin embargo, al final, los 'porsiacasos' solo sirven para ocupar un espacio que necesitamos para trabajar a gusto.
Sin duda es la parte más tediosa pero una revisión de todos los objetos que tenemos. Nada de quedarse con las cosas medio rotas o muy viejas, sólo quedarse con los elementos que estén en buen estado y funcionen. Una vez que hayas hecho la limpieza recuerda que es fundamental revisarlos de forma regular para evitar comenzar a acumular de nuevo.
Organizar según el orden de prioridad
Antes de comentaros algunos objetos muy útiles para mantener el orden hay que tener un regla para conseguir una buena organización. Es importante organizar en función al uso a que le damos a los objetos. Lo prioritario en la comodidad, que todo quede a nuestro alcance por lo que tener cerca todo lo que usamos regularmente es necesario. También puede ser útil comenzar organizando los objetos más grandes y terminar por los más pequeños.
Un organizador en la mesa
Un primer paso sencillo es hacernos con un buen organizador en la mesa para colocar bolígrafos, tijeras, blocs de notas e incluso pinceles. De esta forma crearíamos un área al que podemos acceder rápidamente y que reflejase nuestro estilo ya que podemos personalizarlo a nuestro antojo.
Si te sientes con ánimo hacer uno no es nada complicado. Con un par de cajas de cereales o del tamaño que quieras, papeles con estampados bonitos, un cúter, una regla y algo de cola está hecho.
De igual manera, cualquier papelería o grandes almacenes podemos hacernos con varias cajas donde poner nuestro material de trabajo. Muchos modelos además son apilables y ocupan muy poco espacio en la habitación. Si son transparentes no es necesario ni abrirlos para saber cuál de ellos necesitamos abrir.
Etiquetar
Aunque nuestras cajas puedes ser transparentes y no sería difícil saber cuál es la que necesitamos en cada momento puede ser que nos encontremos con dificultades aun así. Abrir cada una de las cajas puede resultar muy trabajoso por lo que es importante etiquetar bien qué tenemos en cada una. Si haces lo mismo con las carpetas o libros encontrar en cada momento lo necesario será cuestión de segundos y agilizarás muchísimo tu trabajo.
Organizador de cajones
A veces por mucho que intentemos que los cajones no se vuelvan un caos es imposible mantener el orden. No deja de ser un espacio amplio que se ve sometido a mucho movimiento.
Para evitarlo puedes comprar organizadores o hacerlos tú mismo (que siempre son mas bonitos). Con cajas de galletas o cereales diferentes puedes elegir como quieres que sean los compartimentos. Píntalos o cúbrelos de papel de colores para darles tu toque personas y ya los tienes. Una vez finalizada la manualidad puedes colocar todas las cosas que solían estar perdidas por el cajón.
Frente a nuestro escritorio o en un lateral solemos tener una pared y aunque parezca extraño es un lugar que podemos aprovechar para nuestra organización. Os proponemos colocar un panel o corcho para colocar las notas más importantes, un horario para organizar la semana... Además es un espacio perfecto para poner nuestros esquemas o mapas conceptuales que son tan importantes para el estudio o resolver problemas en el trabajo.
Personaliza tu espacio
Después de centrarnos en la parte técnica de la organización insistimos en que hagas tuyo el espacio de trabajo. Que refleje tus gustos y lo personalices como más te guste. Nuestro escritorio es nuestro lugar de trabajo y es fundamental que estemos cómodos.
Los organizadores y cajas que podemos comprar suelen ser neutros para que puedan encajar en nuestros espacios, ser funcionales pero por si solos no suelen poder hacernos sentir a gusto.
Los papeles de colores y estampados que hemos comentado son útiles pero también podemos utilizar pegatinas, telas... incluso poniendo frases que nos motiven en el día a día.