La llegada del frío será un momento muy crucial para la supervivencia del huerto. Nada más llegue el otoño será importante realizar ciertos cambios en el cuidado de la huerta con el fin de protegerla y que no se eche a perder todo lo que se ha cultivado hasta la fecha. Con los cambios adecuados no solo se conseguirá que los cultivos logren sobrevivir a las bajas temperaturas del otoño y del invierno sino, también, rebrotar con salud cuando se acerque la primavera.
Hay que tener en cuenta que durante los meses de frío la producción y el número de cultivos bajan, pero no todo es malo, ya que hay muchos otros que logran despuntar incluso estando a bajas temperaturas. Por ello, también es importante aprovechar esta estación para rotar los cultivos y drenar la tierra de la huerta. Es una época idónea en la que poder utilizar insecticidas y fungicidas con los que se podrán evitar futuras plagas en otras estaciones, como en primavera, que es cuando suelen producirse los diferentes ataques de las plagas.
Sembrar otros productos
Aunque el frío del invierno parece ser cada vez menos duro, los inviernos siempre afectaran a la producción de las huertas. Al ser una época en la que no se podrá plantar lo que uno quiere, hay que fijarse bien en las condiciones meteorológicas para saber qué plantar. Esta estación es ideal para sembrar otros productos como zanahorias, cebollas o ajos. Y si se vive en una zona con tendencia a las lluvias, es aconsejable utilizar acolchados y plásticos, con el fin de que sirvan como protectores ante el viento, lluvia y nieve.
Métodos contra el frío
Uno de los primeros métodos, muy fácil de realizar, para cuidar el huerto en invierno es coger una pala y limpiar de nieve el terreno. Pero eso no será suficiente para que la huerta consiga salir adelante en pleno invierno. También existen otras dos opciones que serán vendrán mucho mejor para luchar contra el frío: los pequeños invernaderos y el acolchado o mulching.
Los pequeños invernaderos son muy fáciles de hacer, para poder fabricarlos solo se necesitarán unos cuantos plásticos y una pequeña estructura de madera. Estos invernaderos lograrán hacer de la huerta un espacio caliente en invierno donde poder colocar los semilleros, los cultivos o las hierbas aromáticas. El otro método conocido como el acolchado o mulching también servirá para proteger la huerta. En esta técnica se cubrirá la tierra desnuda con virutas de madera, paja o serrín. Esta técnica se emplea en aquellos cultivos que se pueden mantener en invernaderos, pero esta capa natural protegerá de la humedad a las pequeñas raíces y, además, logrará elevar las temperaturas del terreno evitando que los brotes se hielen, haciendo también que la huerta conserve la humedad óptima para su crecimiento.
Uno de los primeros factores que decidirá el futuro de la huerta será su abonado. Por ello, es importante realizar el último abonado de la huerta antes del comienzo del otoño. También es aconsejable ir reduciendo el riego, haciéndolo siempre forma progresiva para que poco a poco la huerta se vaya aclimatando al frío del invierno.
También se podrá llevar a cabo el uso de cubiertas de polipropileno. Esta técnica consiste en colocar en la huerta una cubierta de polipropileno transparente con una estructura flexible y que se pueda abrir y cerrar con una simple cremallera, para poder acceder al interior de una manera cómoda y fácil. Estas cubiertas están hechas de un material resistente a los factores climáticos externos.
Además, cuentan con un agujero en la parte superior para que haya ventilación. Puesto que la ventilación es esencial tanto en túneles, invernaderos o en campanas. A través de la ventilación se evitará la condensación de la humedad y también se conseguirá evitar la aparición de hongos, los cuáles pueden dañar la huerta. Aunque es aconsejable que si se realiza la ventilación sea en días soleados, secos y sobre todo en los que no haga viento.