Es frecuente que, durante determinadas fechas, sobre todo en épocas de calor como verano, los jardines y huertos se vean afectados por diferentes plagas de pulgones, hormigas, babosas o incluso ácaros. Y muchas veces la opción más fácil es la compra de un pesticida con el objetivo de salvar lo que se pueda. El problema de los plaguicidas que se encuentran en las tiendas es que contienen numerosos productos químicos que sirven para acabar con cualquier insecto, hongo, malezas o plagas.
Además, según ha informado la Organización Mundial de la Salud, los plaguicidas contienen determinados productos químicos que son potencialmente tóxicos para las personas. Por lo que podrían llegar a tener efectos totalmente perjudiciales para la salud, por ejemplo, pueden llegar a provocar cáncer o pueden provocar la aparición de problemas en los sistemas reproductivos, inmunitario o nervioso. Antes de utilizar cualquier tipo de pesticida o plaguicida hay que identificar qué tipo de plaga se tiene en las plantas.
¿Cómo identificar una plaga?
Aprender a descubrir si hay una plaga es uno de los primeros pasos para proteger al completo las plantas que se tienen en el jardín, el cual se tendrá que tener bien podado y recortado. Algunas plagas se manifiestan en las plantas cuando las hojas tienen los bordes recortados o dañados. Por ello, con una simple inspección de las plantas se pueden saber la información necesaria para conocer la causa del daño.
Por otro lado, los roedores son una de las plagas más serias a las que se puede enfrentar alguien, ya que pueden llegar a contraer enfermedades y pueden entrar incluso en el hogar a través de los agujeros más diminutos. Gracias a trampas para ratas tradicionales o similares, se pueden atrapar a los animales con el fin de poder capturarlos y echarlos lejos de las plantas o jardín.
Consejos para proteger a las plantas
Una de las mejores formas para evitar futuras plagas es ser buen observador con el fin de descubrir cuanto más temprano algún tipo de problema, ya que será más fácil encontrarle solución. Además, es recomendable tener un suelo rico en nutrientes para las plantas o jardín ya que saldrán más sanas y fuertes, pudiendo defenderse mejor de las futuras plagas y otros atacantes. Por ello, lo mejor es contar con tierra de calidad, algo fácil de lograr si se utilizan abonos orgánicos.
3 tipos de pesticidas caseros
Antes de que se inventasen los pesticidas químicos, se utilizaban remedios caseros para acabar con las invasiones de insectos que afectan a las plantas. Estas alternativas naturales a los pesticidas químicos se pueden fabricar fácilmente en el hogar y podrían llegar a salvar a cualquier planta.
Para empezar, el ajo es uno de los más potentes repelentes de insectos, capaz de ahuyentarlos para siempre. Para preparar el spray de ajo se debe triturar bien en la licuadora una cabeza de ajo con algunos clavos y junto con dos vasos de agua hasta conseguir la mezcla perfecta. Habrá que dejarla reposarla durante un día entero para después añadirle tres litros más de agua. No hay ningún tipo de problema en aplicar el spray directamente a las hojas de las plantas.