Llamamos calefacción a un conjunto de elementos que ayudan a generar calor mediante diferentes materiales, lo que proporciona una temperatura más o menos uniforme que ofrece un confort ambiental a las personas que disfrutan de esa vivienda.
Lo primero que hay que saber es el sistema de calefacción que tiene nuestra casa, es decir, si es autónomo o si es calefacción central del edificio. Que sea sea calefacción central es la situación más habitual y más fácil que puedes tener, ya que solo tendrás que preocuparte por pagar el recibo de la comunidad, es decir, la parte proporcional de combustible, mantenimiento... si no tienes ni idea, puedes ver una comparativa en https://mejorescalefactores.com/
En cuanto a instalaciones centrales, existe la calefacción de pellets, que es más ecológica; de gas, que es muy eficiente; o las de gasoil de toda la vida. Sin embargo, si se trata de un sistema autónomo, hay que tener en cuenta si es eléctrica o de gas. A continuación, vamos a conocer todo lo necesario sobre cuál es la mejor calefacción:
Calefacción eléctrica
Es un tipo de calefacción que no se usa muy a menudo, ya que el consumo eléctrico que supone es alto. Podemos encontrar este tipo de calefacción en aplicaciones de aire acondicionado con bomba de calor, suelo radiante eléctrico, radiadores de aceite o algún sistema con acumuladores de calor.
Si la vivienda tiene estos sistemas, lo que debemos comprobar es el buen estado de cableado y conexiones eléctricas, el buen funcionamiento de termostatos asociados, la clasificación energética, comprobar que funcionan... Todo esto sirve para que no tengamos problema con la potencia contratada, aunque suelen tener unas pegatinas metálicas en las que se refleja la potencia que consumen, que suele ser bastante más de lo habitual, dependiendo del tipo y unidades instaladas.
En el caso de los radiadores eléctricos hay que tener cuidado porque la factura de la luz subirá mucho. No es el mejor sistema por el coste económico, pero si no tenéis mas remedio que usarlo, revisad la tarifa contratada e intentad que sean acumuladores para poder consumir energía en las horas donde el precio del kilovatio sea más bajo, tarifas de tres precios diferentes: llano, punta y valle.
Aunque el coste de energía será mayor, las ventajas que tiene la calefacción eléctrica son:
- Se puede instalar en cualquier casa porque no depende del suministro de gas natural.
- No necesita un espacio dedicado a la caldera ni requiere instalaciones complicadas.
- El mantenimiento es escaso.
- Son mucho más seguras porque no habrá fugas de gas.
Calefacción de gas
Se trata de un tipo de calefacción bastante usual en viviendas nuevas y antiguas. Se basa en la producción de agua caliente gracias al calor producido por la combustión del gas. Las partes de las que se compone son:
- Generador de calor o caldera: Elemento que produce el calor que sirve para calentar el agua.
- Distribución o tuberías: Circuito cerrado por el que circula el agua hasta los emisores de calor; suele ser de cobre o polietileno reticulado.
- Termostato: Control del sistema, a partir de la temperatura de consigna.
- Emisores: Elemento en el que se produce el intercambio de calor entre el agua caliente y el ambiente.
Este agua viaja a través de un circuito cerrado de tuberías por toda la vivienda, finalizando en un emisor de calor, tipo radiador o similar. El sistema de radiadores se basa en el intercambio de calor entre medios. El agua caliente pasa a distribuirse por todos los elementos o partes expuestas al ambiente del radiador. Dicha agua traspasa su calor al aire que atraviesa el radiador, calentando así el ambiente, y el agua que ha perdido el calor y ha bajado su temperatura vuelve por el circuito de tuberías hasta la caldera para ser calentado otra vez y comenzar el ciclo.
Las ventajas de la calefacción de gas es que no reseca el ambiente, se puede usar tanto en espacios pequeños como en hogares grandes y mantiene el calor de toda la casa por igual. Sin embargo, en cuanto a las desventajas, este tipo de calefacción necesita una limpieza al año y tiene que ser revisada periódicamente por la empresa que la instaló.
Calefacción por suelo radiante
Puede considerarse una variante de la calefacción de la anterior, ya que se utiliza un sistema de tuberías por las que circula agua caliente, dispuestas por el suelo o la pared. Este sistema es muy eficiente porque, como el calor se transmite a través del intercambio del calor del paramento, este lo guarda mucho tiempo.
El calor que aportan se transmite al ambiente y sube calentando la estancia. Con este sistema se cubren superficies más amplias, pues se trata de una inversión a futuro. En caso de reforma completa de tu casa, y dependiendo del lugar de residencia, es algo que se debe estudiar y pensar porque puede parecer un gasto un poco más elevado, pero a la larga es una gran inversión en cuanto a eficiencia y consumo.
Además, no requiere de un lugar para poner la caldera y su instalación no es complicada. No necesita mucho mantenimiento y se puede instalar sin problema en cualquier lugar de la casa.
Calefacción por placas solares
Mediante este sistema de calefacción se calienta el agua mediante placas solares. Este agua se almacena caliente en un acumulador, del que posteriormente saldrá al circuito para calentar los emisores. En todos estos sistemas hay que revisar el encendido y apagado de calderas; y comprobar que las válvulas de los emisores funcionan correctamente y abren y cierran el elemento.
Estufas de pellets
El pellet es un tipo de biomasa, es decir, un combustible que procede directamente de la naturaleza. Su composición está formada por serrín y virutas prensadas, provenientes de residuos agrícolas, industriales y aserraderos que apenas general hollín ni cenizas. Además, las virutas son secadas, limpiadas y prensadas en matrices para formar los pellets. Mientras se produce este proceso, las virutas se aglutinan de forma natural por su propia lignina.
Su precio es muy económico en comparación con otros tipos de combustibles, es decir, el precio medio de un saco de pellets de 15 kilogramos comprado suelto es de unos 4 euros aproximadamente. Y es que el contenido energético de 2 kilogramos de pellets de madera equivale más o menos al de 1 litro de gasóleo de calefacción, por lo que el pellet es más económico en comparación del combustible.
Se podría decir que con 1kw es posible calefactar 10 metros cuadrados, por lo que para una estancia de 80 metros cuadrados necesitaríamos una estufa de 8kw. Sin embargo, para saber la potencia necesaria para calentar una vivienda es fundamental tener en cuenta otros aspectos como la validad del aislamiento que tenga el edificio o la zona climática en el que se encuentre localizado.
Entre las ventajas de tener una estufa de pellets, estaría que se utiliza combustible renovable en su totalidad, además del precio competitivo y bueno respecto a los combustibles fósiles. También que este tipo de biomasa es rico en poder calorífico, composición constante y homogeneidad, lo que permite conseguir rendimientos energéticos muy elevados. Por otro lado, la estufa de pellet desprende un calor radiante muy agradable además de calentar el aire de forma natural. Por último, el control se produce de manera electrónica, lo que proporciona una gran comodidad.
Sin embargo, algunos de sus inconvenientes sería que la inversión inicial es mayor que en otros tipos de estufas. Hacen un ruido que puede resultar molesto para algunas personas y se usan para calentar zonas localizadas o como complemento, es decir, no son recomendables para espacios grandes. Por último, en localidades pequeñas o aisladas puede resultar complicado comprar pellets.
Cómo controlar la temperatura de los radiadores
La temperatura que alcanzan las estancias de la vivienda están controladas por un termostato, que mediante un sensor controla la temperatura de consigna elegida y así maneja el funcionamiento de la caldera.
En este caso, si únicamente hay un termostato, es muy importante saber dónde se coloca. Si se sitúa en la habitación más cálida de la casa, la orientada al sur, hay menos pérdidas y se consigue alcanzar antes la temperatura de consigna.
Otra manera de controlar la temperatura de los radiadores es instalando válvulas termostáticas en los radiadores. Las válvulas termostáticas se componen de dos partes:
- La válvula termostatizable, que une las tuberías con el radiador.
- El cabezal termostático, que en función de la temperatura abre, cierra o regula el caudal de agua para alcanzar la temperatura de confort deseada. Esto permite regular cada radiador en cada estancia, aumentar la eficiencia de la instalación y, por lo tanto, mejorar los costes.
Cómo purgar un radiador
Otro punto importante dentro de una instalación de radiadores son los purgadores, que sirven para extraer las burbujas de aire de los mismos. Para saber si un radiador tiene aire, lo primero que hay que ver es si hacer ruido, como si el agua gotease dentro de ellos. Además, también se nota en que no todos los elementos calientan uniformemente.
Para purgar un radiador, hay que hacerlo antes de usar la instalación, empezando siempre por el más próximo a la caldera. Pon la calefacción y deja que transcurran unos quince minutos hasta que los radiadores se calienten. A continuación, abre el purgador de cada radiador con un destornillador de punta plana o una moneda. Siempre se abre hacia la izquierda. Prepara un recipiente para recoger el agua, que empezará a salir primero a borbotones; cuando ya solo salga agua, comienza a cerrar el purgador.