A la hora de hablar de los elementos de una casa, sin duda es en la cocina donde se produce los grandes cambios. Cada día hay electrodomésticos más sofisticados, cada vez las personas tienen que hacer menos y las máquinas se encargan de más. Aún así, irónicamente, aunque el esfuerzo es menor en la cocina, añoramos ciertos aspectos de antaño. Y aunque no volvamos por comodidad a, por ejemplo, exprimir las naranjas de manera manual, es más común de lo normal aferrarse a cierto aspectos visuales del pasado. Y si se piensa en traer al presente alguna época concreta del pasado, los años 50 y 60 son los que se llevan la palma.
Durante los primero años de los 2000, la decoración de las cocinas se volvió más simple y unitaria. Lo más común era camuflar los electrodomésticos de forma que pasasen lo más desapercibidos posible, normalmente cubriéndolos como si fuese una puerta más de un mueble. Pero los electrodomésticos retro piden exactamente lo contrario. Se convierten en los verdaderos protagonistas del espacio. Primero porque su forma es mucho más agradable gracias a sus formas redondeadas, lo cual los hace mucho menos agresivos que la robustez de las líneas rectas y las esquinas. Y por otro por la amplia gama de colores llamativos que tanto los caracterizaba, alejándose principalmente de los ahora tradicionales grises o blanco.
Por un lado, el paso del tiempo ya nos sitúa suficientemente lejos como para volver a emularlos sin que sea sientan elementos viejos sino retro. Además, durante esos años, en cuanto al espacio de la cocina se refiere, fue cuando se vivió la verdadera revolución. Ese espacio empezó a cobrar valor y las marcas de electrodomésticos empezaron en poner todo su empeño en hacer las labores culinarias mucho más sencillas pero también más atractivas. Las cocinas ya no era un espacio de segunda, era casi las verdaderas protagonista de una casa.
Por eso a continuación te presentamos una serie de ideas para incorporar este tipo de decoración en tu cocina.
Reinterpretación total
La opción más arriesgada pero siempre ganadora es la de convertir tu cocina en un espacio que te transporta directamente a los años 50 y 60, como si de una de los escenarios de 'Mad Men' se tratase. Para ello, además de integrar los electrodomésticos retro de formas redondeadas y colores vivos como el azul aguamarina, el amarilla o el rojo, tanto los muebles como las paredes y los suelos tienen que emular a esa época. Mucha presencia de la madera pintada y paredes cubiertas de azulejos metro son la combinación perfecta para conseguir un escenario total look.
Antiguo y moderno
Puede que lo de convertir tu cocina en un espacio tan de antaño no sea tu opción preferida y la estética actual de la cocina de tu casa tienda más a lo moderno y minimalista. Por eso otra de las opciones también es la de hacer convivir en una misma habitación lo retro con lo nuevo. Basta decir que los electrodomésticos retro solo tienen de viejos la estética, ya que en cuanto a su funcionamiento y capacidades están a la orden del día. Para ello se puede integrar, por ejemplo, una cocina de estética retro junto con una campana extractora de acero inoxidable, de una estética mucho más simplista e incluso profesional, que rezuma modernidad en todos sus aspectos. Con esto conseguirás que el electrodoméstico resalte aún más al ser totalmente distinto a todo lo que le rodea.
Verdaderos protagonistas
Si la verdadera intención es que los electrodomésticos retro se hagan notar, las marcas que los fabrican este tipo de productos suelen tener una amplia gama cromática entre sus productos entre los que se pueden encontrar colores puros y llamativos como el azul celeste, rojo, amarillo... incluso se pueden comprar distintas ediciones especiales que presentan también estampados y diseños gráficos. Para hacerlos aún más protagonistas, se puede acompañar con el resto de mobiliario en colores más básicos como el blanco de forma que el foco de atención lo tengan los electrodomésticas. Aunque para dar una estética más unitaria, se puede pintar la pared del mismo color o incluso el menaje de la cocina.
Colores pastel
Si por el contrario no quieres que la cocina sea un espacio llamativo, cuentas también con la opción de los colores pastel y empolvados. Con esto conseguirás un aspecto mucho más relajado y los elementos encajarán de forma mucho más armoniosa. Un azul bebé, un rosas palo, el beige son las opciones preferidas ya que se integran a la perfección con muebles en tonos marrones o beiges. Este estilo puede considerarse más boho chic y también ofrece la posibilidad de combinarse, igual que en el estilo anterior, con otros elementos de la cocina como el menaje o incluso algo más amplio como el suelo, una pared... ya que el color como es tan calmado no será nada estridente a pesar de la superficie que ocupe.
Integración total
Pero si por el contrario a todo lo anterior, la decoración de tu cocina es de lo más purista y todo tiene que encajar a la perfección, no hay porqué descartar la opción de los muebles retro. Los colores negros, blancos y beige pueden integrarse perfectamente con una estética mucho más modernista de otros elementos como el acero inoxidable o el mármol. De esta forma los muebles no será los principales protagonistas sino que formarán parte de un conjunto y lo que aportarán será sus líneas más redondeadas.