El mar es un paisaje que para muchos suele suscitar tranquilidad, descanso y paz. De manera que, si este es el efecto que provoca, ¿por qué no incorporarlo en tu día a día? Es obvio que si vives en una ciudad costera este propósito es mucho más sencillo y que por lo tanto ya disfrutas de sus múltiples beneficios a diario. No obstante, para aquellas personas que viven en territorios de interior, ¡estáis de enhorabuena! Y es que, ahora con la decoración, podrás transportar el mismísimo ambiente de la playa hasta tu salón o cualquier otra estancia para convertir tu hogar en uno estrictamente marinero.
En este sentido, recurrir a motivos marineros para la personalización de nuestras casas es, desde hace unos años, una práctica en aumento con la que conseguirás una estancia digna de cualquier revista de decoración. Por ello, aquí te presentamos una serie de consejos que te servirán de guía para aplicar dichos toques marineros a tu hogar.
El blanco y el azul son fundamentales
Sin duda, si hay dos colores que cuando mencionamos el mar se vienen a la cabeza esos son el blanco y el azul. Lo cierto es que el blanco es la base de esta decoración gracias, no solo a su claridad, sino también a la facilidad para el contraste que conlleva. Es por este motivo que el azul es su gran aliado y, sin embargo, no el único. Es decir, pequeños toques verdes o rojizos ampliarán aún más el mencionado contraste como así lo demuestran los conocidos estampados a rayas blanquiazules con el dibujo de un ancla o un flotador en tonalidades rojiblancas.
Ahora bien, ¿cómo puedes aplicar estos colores? Son muchas las formas, pero por ejemplo puedes decorar una caja o un cofre de madera con ambas tonalidades, así como puedes hacer lo mismo con las fundas para cojines o sábanas e incluso colgar cuadros de anclas u otros motivos de inspiración marinera. Las posibilidades son infinitas, pero ten en cuenta el siguiente consejo: lo importante es que estos estampados sean en pequeños detalles y no los utilices para espacios amplios como una pared o unas cortinas, puesto que quizás el ambiente pueda resultar algo recargado chocando frontalmente con la idea de serenidad y de espacio diáfano que queremos transmitir.
Ambientes luminosos y muebles de madera
Si bien los colores son los aspectos más importantes a la hora de construir una decoración marinera, también es cierto que no son los únicos. Y es que, la luz es otro componente fundamental, aunque no vale cualquier tipo de iluminación, sino que la que debe predominar es la natural. De ahí la importancia de utilizar el blanco para así aprovechar al máximo cualquier resquicio de iluminación que entre por la ventana. Si te decantas por ello verás cómo tanto el salón como cualquier otra estancia ganarán, por supuesto, en claridad.
A ello hay que sumarle, por otro lado, la madera. Es uno de los materiales fetiche de la decoración con motivos marítimos y que en casa puedes imitar a través de pequeños palés decorados con los colores descritos. En este sentido, son múltiples los usos que puedes darles: desde elaborar tus propios cuadros para la pared hasta hacer pequeñas estanterías que, por otro lado, serán sostenibles con el Medio Ambiente, pues con ellas estarás reutilizando madera que, de lo contrario, podría terminar en la basura.
El mar en tu casa
No obstante, si no tienes los medios ni el espacio para hacer una redecoración de este tipo, también puedes optar por dar pequeños toques marineros a tu casa. Por ejemplo, puedes comprar unas peceras y llenarlas de arena, así como añadir algún pequeño toque temático como caracolas, conchas o estrellas de mar artesanales que sin lugar a dudas te transportarán hasta una mismísima playa paradisíaca. Y si la arena no te convence por la suciedad que pudiera generar, puedes pegar estos elementos en cartulinas de colores azuladas, rojas o blancas y hacer tus propios cuadros personalizados.
Y si quieres ir un paso más allá, ¿por qué no hacer tu propia guirnalda de luces con pequeñas conchas? Lo cierto es que su construcción es bastante sencilla y, para ello, tan solo necesitas un paquete de las luces que habitualmente se utilizan para decorar el árbol de Navidad, una pistola termoencoladora y pequeñas conchas de mar. Una vez que tengas los materiales listos tan solo tienes que poner un poco de pegamento en el interior de la concha, pegar la bombilla y apretar durante algunos segundos para que no se mueva. De esta forma, conseguirás un original adorno para decorar los marcos de los cuadros, o de cualquier espacio al que, además, quieras dar un toque más íntimo y acogedor.
Por otro lado, la ventaja de este tipo de decoración es que es apta para todos los públicos y, en concreto, es ideal para las estancias de los más pequeños de la casa. Para ellos puedes colocar encima del cabecero de la cama unas telas que imiten la silueta de un velero o pintar las paredes en franjas blancas y azul claro o, si lo que quieres es un resultado hiperrealista, colocar un timón en la parte interna de la puerta puede ser un punto a favor que, además, provocará en los niños la sensación de formar parte de una embarcación.