Algunos estudios afirman que existen más de 90 millones de colores en el mundo, cada uno de ellos con sus diferentes matices y tonos. Cierto es que los seres humanos solo podemos apreciar un pequeño porcentaje de esta gran paleta de tonos, pero no por ello resulta más fácil elegir uno de ellos para que forme parte de la decoración de nuestros hogares.
Cada color presenta unas características de luminosidad, saturación y matiz que lo puede hace más propicio para unos ambientes u otros. Además, culturalmente también se ha asociado un sentimiento o emoción a cada color y, aunque a priori pueda parecer algo banal, lo cierto es que puede tratarse de un aspecto fundamental a la hora de llevar a cabo la elección de los elementos decorativos de nuestra vivienda.
El naranja puede ser un color apropiado para aportar a la casa un toque alegre, despreocupado y juvenil. Además, combinándolo con otros colores estratégicos, brindará una sensación de calidez y cordialidad otorgando al hogar un ambiente muy acogedor y confortable. Por si fuera poco, el estilo retro está muy de moda y el naranja era el color predominante en el interiorismo de los años 60 y 70.
Sin embargo, al tratarse de un color muy vivo y llamativo, hay que tener cuidado de no caer en el exceso para que no resulte pesado o molesto para la vista. Siguiendo una serie de tips, decorar tu casa con el naranja puede convertirse en la opción más acertada... ¡Vamos a ello!
Cocinando con naranja
El color naranja es uno de los más estimulantes, en todos los sentidos. Puede llegar a impulsar la creatividad, la comunicación, la confianza e incluso el apetito. Precisamente por esto, aspira a convertirse en el color ideal para vestir la cocina de tu hogar.
Normalmente, las cocinas son lugares de mucho tránsito y alboroto, por lo que la decoración en esta estancia debe incitar a la calma y al sosiego. De este modo, si decides utilizar el color naranja, debes hacerlo en un solo elemento que conforme el mobiliario de la sala. Por ejemplo, puedes utilizarlo para las encimeras y los armarios, pero suavizando el aspecto con colores neutros, como el blanco o el negro, para el resto de la cocina.
El resultado será una cocina fresca y moderna, pero más acogedora y alegre que si se hubiera escogido una opción monocromática y más minimalista.
Naranja para el baño
Nada mejor para empezar el día que recibir una buena dosis de energía cuando vas al baño a lavarte la cara y el color naranja te invade la mirada. El aseo es la parte de la casa en la que más nos podemos exceder con la decoración, ya que es dónde menos tiempo pasamos y por muy exagerada que sea, no podrá llegar a saturarnos.
Los azulejos naranjas para las paredes o el suelo pueden aportar un toque de atrevimiento y diversión que evitaran que se caiga en la tradicional decoración blanca que inunda la mayoría de los cuartos de baño. Combínalo con colores azules para intensificar la sensación de jovialidad, con negro o blanco para dar un matiz más clásico y elitista, o con marrón para crear un entorno bucólico y acogedor.
Como siempre, el truco está en mantener el equilibrio y saber compensar la fuerza y energía que desprende este color para que no provoque una sobredosis de color.
Naranja para el salón
Como se ha comentado antes, el naranja es uno de los colores que más estimula la comunicación y la relación entre las personas, por lo que puede ser la opción ideal para equipar nuestro salón, sala de estar o comedor.
Lo más recomendable es utilizarlo de forma dosificada, combinándolo con tonos tierra para aportar calidez, o con tonos neutros para dar un aire de modernidad y vanguardismo. Si vas a utilizar el naranja para pintar las paredes, te aconsejamos que te limites a colorear dos como máximo, creando así una zona destacada en tu salón para situar el sofá, la mesa de comedor o un acogedor rincón de lectura o de té.
En cualquier caso, lo más conveniente será utilizar el naranja solo para los accesorios que vestirán la sala de estar, como cortinas, alfombras o cojines, o limitarlo a un mueble o muebles destacados, como el sofá, las sillas o la mesa de comedor, completando la decoración con paredes y suelos lisos.
Naranja para los dormitorios
Nada mejor que un color que irradia potencia y buen royo para decorar el cuarto de los más pequeños de la casa. El naranja, que fomenta la concentración y la imaginación, puede ser una muy buena alternativa para adornar la habitación de los niños y estudiantes.
Si se combina con fucsia, amarillo o rojo, sus parientes inmediatos, se obtendrá un resultado explosivo y muy propicio para crear una sala de juegos divertida y animada. En cambio, si se rebaja con otros colores más suaves como el blanco o el turquesa, se alcanzará un entorno mucho más apropiado para el trabajo y la formación.
Pero si los más mayores quieren sacar el niño que llevan dentro y engalanar su dormitorio o despacho con el color naranja, pueden hacerlo acompañándolo con grises o marrones para darle un toque más adulto y sofisticado. Una vez más, este color juega el papel de destacar solo algunos elementos de la decoración, como colchas, almohadas, cuadros, alfombras o lámparas. Una buena opción para dar a la habitación un toque de color sin caer en la pesadez, es pintar de naranja únicamente la pared de la cama y acabar el estilo con pequeños accesorios y complementos en la misma tonalidad.
Además de todos estos consejos, siempre debe hacerse una mirada objetiva y crítica del resultado final del estilismo. La mayoría de las veces, serán tus propios ojos y tu instinto quiénes te digan si la combinación elegida funciona correctamente o debes decantarte por alguna otra.