El movimiento de arte floral japonés se ha convertido en un arte relajante a la vez que estimulante. Conocido como 'Ikebana', consiste en utilizar flores cortadas, ramas, semillas, frutos y hojas para elaborar un centro. Se trata de una composición que, como es de esperar, tiene fecha de caducidad. Ikebana es una de las ramas del mindfulbess y consigue tener sus mismo efectos: relaja, consigue que medites y también que disfrutes y te deleites con esta actividad.
La historia del Ikebana
Para hablar del arte floral japonés hay que remontarse a siglos y siglos atrás. Todo comenzó en el siglo VI, con la llegada del budismo a Japón. Con él llegó también la costumbre de ofrecer flores en el altar durante las ceremonias religiosas. Un sacerdote budista llamado Ono-No-Imoko no estaba de acuerdo con la manera en la que se ofrecían las flores, por eso desarrolló una técnica que simbolizaba todo el universo, para que fuese más bello de lo que venían acostumbrando.
Es desde ese momento desde el que se muestran muchos arreglos florales en los grandes templos de Japón. Se colocan, junto con incienso y una vela en los Tokonoma, que son los nichos. Normalmente se elaboran para ser contemplados de frente.
Hasta tal punto ha llegado el arte floral japonés que existía un concurso con normas estrictas. Los samuráis, cortesanos y monjes también ponían en práctica esta técnica durante el Hana Awase, un concurso de flores. Ésta es la primera prueba de arte floral japonés que seguía unas pautas bastante marcadas. Actualmente se ha convertido un hobbie de la clase alta europea y norteamericana.
Como hacer el arte floral japonés
Por lo general, las creaciones tienen que representar el triángulo Tai-Yo-Fuku, es decir, cielo, tierra y hombre conectados. Con este tipo de creación se busca la armonía, pero siempre desde la asimetría, utilizando diferentes colores, tamaños y grosores. Las flores se clavan en un Kenzan, una especie de cepillo de púas que está colocado en un recipiente lleno de agua. Normalmente el recipiente que se utiliza es de cerámica. Para que la composición tenga la asimetría buscada y contenga todos los elementos, es recomendable que se incluya una flor cerrada, un capullo o una semilla.
Otra de las recomendaciones es que las ramas, flores o elementos utilizados en el Ikebana sean recogidos el mismo día que se va a crear la composición, siempre de un lugar cercano a casa. Los elementos vegetales sirven para representar objetos de la naturaleza. Uno de los ejemplos es que las rocas y las piedras se representan con ramas de pino y el agua con crisantemos blancos.
En el arte floral japonés todo, absolutamente todo tiene un significado, se coloca porque tiene importancia. Para representar el pasado se utilizan capullos abiertos, hojas secas o vainas vegetales. Las yemas representan el futuro y las hojas nuevas, como era de esperar, el presente. Además de representar estados en el tiempo, se pueden representar estaciones, como a primavera asociada a esas creaciones con curvas pronunciadas. El verano se representa con composiciones desplegadas.
Aspecto espiritual
Durante la práctica de este arte es muy importante valorar el silencio. Se trata de un momento para apreciar las cosas de la naturaleza, aspectos que muchas personas suelen dejar pasar por alto debido a sus vidas frenéticas y muy ocupadas. Con esta práctica lo que se intenta es que se potencia la paciencia, la tolerancia hacia las diferencias, no solo en cuanto a la naturaleza, sino a nivel general.
Tipos de Ikebana
Dependiendo de cómo sea la composición floral, podrá tratarse de un tipo o de otro. Dependerá de la forma que se le vaya dando, de los elementos empleados o del significado que se le quiera dar.
- Ikebana Rikka: estilo clásico
Este tipo de Ikebana tiene un origen religioso por lo que todos los elementos de la composición suelen orientarse hacia arriba. Por otro lado, el triángulo que se forme no puede rozar el recipiente. Suelen contar con recipientes ornamentados, dorados o de cerámica con decorados. Normalmente lo que se pretende es representar un pequeño jardín, buscando las medidas, aunque a escala, reales de un jardín. Los troncos más altos se colocan en el centro, las ramas a los lados y las flores cerca del tronco. Se suele utilizar el pino, el cedro o el bambú.
- Ikebana Nageire: estilo naturalista
es menos estricto que el clásico, por lo que es más sencillo e informal. En este caso las ramas pueden estar al borde del recipiente. No se cortan las plantas, se intenta mantener el tallo largo para simbolizar el desarrollo natural. Se pueden entrecruzar unas ramas con otras, cosas que en otros estilos no se puede hacer. Las composiciones naturalistas buscan la belleza de la manera más natural.
- Ikebana Moribana: estilo occidental
Este tipo de Ikebana es en el que se da mucha más importancia a la estética, los colores, el follaje y las flores. Se trata de un estilo libre y adaptado a las personas que disfrutan de este hobbie de Japón.