Uno de los cambios más significativos que uno puede hacer en su vivienda para lograr ambientes determinados o simplemente para cambiar el aura de una estancia, es cambiar la iluminación. El factor de la luz es un factor que, en muchas ocasiones, se pasa por alto porque se da más importancia a la elección de muebles, complementos, colores y acabados o texturas. Si bien es cierto que un cambio de mobiliario o de distribución puede generar una renovación más notoria dentro de una vivienda, el uso de la luz puede ayudar muchísimo a que esta se vea de una u de otra forma.
Que los colores tienen determinadas connotaciones o que evocan diferentes sensaciones no es ningún mito. Para una casa, la elección de la luz para las diferentes estancias y habitaciones es un aspecto muy importante al que se debe prestar atención según las necesidades o voluntad de los propietarios. La pregunta que más se repite cuando uno está en busca de escoger el tipo de iluminación para su vivienda es: "¿Luz blanca o amarilla?". Si ahora mismo, tú estás en ese punto y no paras de hacerte esa cuestión, en el siguiente artículo encontrarás todas las claves e información necesarias para saber qué color de luz es más adecuada para cada estancia o qué ambiente lograrás si acabas optando por una de ellas.
Luz blanca
Escoger entre luz fría, luz blanca, o cálida, luz amarilla, no siempre es una elección fácil. Lo fundamental para que lo que finalmente escojas sea la opción más acertada siempre es tener en cuenta el tipo de habitación o estancia de la casa. Por ejemplo, no es lo mismo la iluminación que tendrá el baño, donde seguramente haya un gran espejo en el que mirarte, que la de un salón. Es importante elegir el tipo de luz según la utilidad que se le vaya a dar a dicha estancia.
La luz blanca es ese tipo de luz con una temperatura de color que tira más hacia los tonos azules. El tipo de iluminación que ofrece permite que todo se vea con una mayor claridad así que, por ello, es perfecta para aquellas habitaciones donde uno necesite ver con la mayor precisión y claridad posible. La luz blanca, al tratarse de una luz que puede resultar incluso algo cruda o que despierta la visión, tiene la cualidad de hacer que aumente la concentración o la atención de las personas.
Es importante elegir bien la iluminación exterior para tu jardin, por ejemplo con toques blancos y algo cálido
Por todas estas razones, el mejor lugar de una casa para colocar luz blanca es, por ejemplo, el baño. Puesto que en esta habitación de la casa es habitual que haya un espejo grande donde verse con todo lujo de detalles, la luz blanca ayudará a que te veas tal cual eres, sin difuminar y tal como te verías a plena luz natural.
Luz amarilla
En cuanto a la luz cálida o luz amarilla, este tipo de iluminación es percibida por el ojo humano en tonalidades amarillas, naranjas e incluso ámbar. Esta luz puede recordar a las bombillas incandescentes de antaño o también a la forma en la que antes, en la antigüedad, se iluminaban las viviendas gracias a las hogueras o a las chimeneas.
La luz cálida o luz amarilla siempre se recomienda para todas aquellas zonas y estancias de la casa donde uno pretende relajarse o pasar un rato agradable descansando. El tipo de tono con el que cuenta la luz cálida ayuda a que la visión pierda un poco la alerta que puede tener estando ante una luz blanca y por ello es ideal para habitaciones como el dormitorio o el salón.
Una de las principales cualidades y características de este tipo de luz es la calidez y la sensación de hogar que aporta a una vivienda. Todas aquellas zonas que cuenten con esta iluminación serán zonas acogedoras y relajantes que invitarán a acurrucarse y a relajarse. También supone un complemento perfecto para destacar relieves, texturas y colores de todos los muebles o accesorios que haya en esa misma estancia.
Entonces, ¿qué escoger?
Teniendo todo lo anterior en cuenta, la mejor forma de saber qué tipo de iluminación es la adecuada para tu vivienda es, primero de todo, identificar todas las estancias que vas a iluminar. Una vez tengas hecho esto, has de indicar y detallar, una por una, las actividades que se van a realizar dentro de esas habitaciones.
Cuando todo esto esté claro, deberás incorporar luces frías a todas aquellas zonas donde tu nivel de concentración ha de ser mayor o simplemente donde quieras ver las cosas con mayor claridad. En cuanto a la luz cálida o luz amarilla, esta ha de estar presente en todas aquellas habitaciones en las que busques relajarte o en las que busques crear un ambiente cómodo y acogedor. Recuerda también que la distribución de la luz es muy importante para conseguir todos los objetivos anteriormente mencionados así que, si dudas, siempre puedes recurrir a un experto decorador para que te asesore correctamente según tus especificaciones y objetivos.