Sin duda alguna, vivir en una gran ciudad tiene numerosas ventajas que hacen que cada vez sean más personas las que deciden marcharse del pueblo para cambiar su estilo de vida rústico por otro más urbano. Sin embargo, el día a día en una metrópoli puede volverse muy complicado y estresante, provocando en todos los habitantes la necesidad de huir de la jungla de asfalto para respirar un poco de aire puro de vez en cuando y disfrutar de un momento de tranquilidad en medio de la naturaleza.
Por desgracia, no siempre se logra encontrar un hueco en las apretadas agendas de los residentes y dejarlo todo para echar a correr y plantarse en medio del campo se torna en un sueño casi imposible de conseguir. Así, los hogares se transforman en el único lugar en el que las personas pueden descansar y encontrar la paz aunque solo sea por un rato.
Dicen que si Mahoma no va a la montaña, será la cumbre la que se acerque al profeta. Del mismo modo, una de las alternativas a la falta de tiempo para acudir a la pradera y disfrutar de sus encantos, es trasladar los atractivos de este paraje al interior de tu hogar. El estilo rústico campestre está cada vez más en auge en lo que a decoración se refiere, haciendo que un piso del centro de Madrid llegue a parecer una auténtica casa de campo.
Reproducir el estilo rústico campestre
Esta modalidad estética nació en Estados Unidos, donde es muy frecuente encontrar grandes casas construidas en piedra o en madera. Para este tipo de construcciones, se hacen necesarias vigas de madera muy robustas para poder soportar el peso de la vivienda, que suelen dejarse a la vista como un elemento más de la decoración. Sin duda, estos postes se sitúan como el principal foco de atención de la estancia, otorgándole a un aire rústico campestre de forma casi instantánea. En el mercado existen vigas falsas que pueden colocarse fácilmente en los techos lisos cuyo acabo resulta bastante realista.
En cuanto a los tonos, se recomienda la utilización de colores tierra para todos los ingredientes que conformen la decoración de la habitación en cuestión. En las paredes de las casas con este estilo suelen utilizarse revestimentos gruesos que cubran la totalidad del muro o solo la mitad. Si bien este tipo de recubrimiento puede ser más caro o difícil de instalar, el papel de pared se alza como la alternativa perfecta para forrar los tabiques de una vivienda. Los diseños florales y los que simulan tener ladrillos o tablones son ideales para que el estilo rústico embriague cada rincón de la casa.
Ambiente cálido
En lo que se refiere a los muebles, se hace recomendable que la madera sea el material principal con el que estén construidos. Esta materia prima tiene el poder de conferir a cualquier parte de la vivienda una sensación hogareña y de calidez que muy de seguro evocará al estilo rústico campestre. Las pequeñas piezas de cerámica, arcilla o porcelana también son elementos esenciales para completar la decoración de la sala, al tiempo que se apuesta por una cantidad generosa de flores y plantas de interior repartidas por todo el cuarto.
De igual forma, se puede conseguir un estilo rústico campestre más intenso sirviéndose de fabricaciones textiles hechas a partir de materiales naturales. Por ejemplo, las cestas de mimbre a modo de frutero o las alfombras de algodón o que imiten el pelo de algún animal pueden llegar a ser el complemento perfecto que termine la ornamentación de un salón o un dormitorio. Los cuadros con pinturas clásicas o bodegones que recuerden a la época del clasicismo también cumplen bien la misión de aportar una pincelada rural a cualquier sala de la casa. Concretamente, los óleos de este estilo funcionan de maravilla en el cuarto de baño siempre y cuando sean de tamaño reducido y la pintura con la que están hechos sea resistente a la humedad.
La iluminación es una parte fundamental del diseño que tampoco se debe descuidar. Como en casi todos los casos, en este estilo primará siempre que se pueda el alumbrado natural, despejando ventanas y entradas de luz para que fluya fácilmente por toda la estancia. No obstante, las cortinas se encabezan como un elemento indispensable en lo que a decoración rústica se refiere y al prescindir de ellas se estaría cometiendo un error garrafal. Se recomienda entonces la instalación de visillos finos y translúcidos adornados con estampados e incluso croché. Para cuando llegue la noche, las lámparas de mesa o de pie son las mejores aliadas a la hora de conseguir un ambiente rural, y si la luz que desprenden es cálida o amarilla mucho mejor. Si no se quiere caer en el exceso, también se puede colgar del techo un gran aplique de araña que conferirá a la sala un toque más elegante y sofisticado.
Con estos consejos resultará tremendamente sencillo conseguir redecorar tu casa con un estilo rústico campestre. Como siempre, la creatividad es la mejor aliada en cualquier tipo de remodelación y el límite solo lo pone la imaginación. Con pequeños cambios como los descritos anteriormente, una casa puede llegar a verse completamente renovada, ¡anímate a darle un toque rural a tu morada!