La flor de pascua se ha convertido en uno de los iconos de la temporada navideña, y es que durante esta época las ventas se disparan pasando a ser uno de los regalos a los que cada vez mayor número de personas recurren para obsequiar a sus seres queridos. Ahora bien, a pesar de ser una de las plantas con mayor escaparate del mundo, poco es lo que se conoce de esta flor que, a menudo, decora las habitaciones con su particular toque de elegancia.
Hay quienes dicen que su origen se remonta a la época azteca con una finalidad medicinal, pero que no fue hasta el siglo XIX que un doctor denominado Poinsett la descubrió en México y desde allí se llevó unas semillas que le permitieron cultivarla en su invernadero de Estados Unidos. Sin embargo, para otros fue Paul Ecke el encargado de trasladarla hasta el país norteamericano y popularizar la tradición de entregarla durante las semanas de la Navidad, aunque en este caso lo hacía a las principales cadenas de televisión con el objetivo de popularizar su uso en la sociedad.
Sea como fuere, lo cierto es que la flor de pascua ha traspasado fronteras y hoy día es todo un clásico de la Navidad a nivel internacional cuyo tiempo de vida, tal y como muchos piensan, tan solo abarca desde las semanas previas a la Navidad hasta que se le caen las hojas pasados los festejos. Ahora bien, nada más lejos de la realidad, porque la flor de pascua, al igual que cualquier otra planta es capaz de sobrevivir en el tiempo, aunque eso sí, para conseguirlo lo más recomendable es ser bastante meticuloso con su cuidado.
Cuidados básicos en Navidad
La flor de pascua es todo un emblema, aunque para conseguir tal consideración ha necesitado de una profunda investigación que ha advertido de las principales claves para conseguir una bonita planta que derroche elegancia y color durante todos los festejos que suelen celebrarse durante la Navidad.
En primer lugar, es conveniente tener en cuenta que, en la mayor parte de ocasiones, la flor de pascua va permanecer en un sitio cerrado, a excepción de quienes tengan un balcón u otro espacio al aire libre que puedan reservar para las plantas. De manera que, si tienes pensado decorar tu salón con esta tradicional planta, la primera advertencia es que no debes comprarla en un puesto de la calle.
Es decir, las flores de pascua son muy sensibles a los fuertes cambios de temperatura, con lo que si la compras en un puesto expuesto al frío, el aire o demás condiciones climatológicas adversas propias de la época invernal, el contraste con el calor y el recogimiento del hogar va a ser tan fuerte que puede desencadenar en la muerte de la planta.
Lo mismo sucede en el caso contrario y, por ello, lo ideal es que en la tienda la protejan adecuadamente con plástico o papel de periódico para proteger a la planta lo máximo posible de los cambios bruscos de temperatura o, incluso de la lluvia. De manera que, una vez que hayas conseguido salvar estos pequeños obstáculos es fundamental el cuidado que la planta reciba en el hogar.
Para ello es esencial que, al igual que ocurre con otras plantas, la flor de pascua esté colocada lo más cerca de una fuente de luz natural y que su temperatura oscile en torno a los 22º por la mañana y a los 16º por la noche. Ahora bien, en este sentido ¡ten mucho cuidado con la calefacción, pues es fatal para esta planta! Lo ideal es que la mantengas alejada de esta fuente de calor artificial y que estés pendiente del riego.
Lo cierto es que este es bastante sencillo porque solo tendrás que colocar la maceta sobre un plato con agua y dejar durante unos 10 o 20 minutos que la maceta vaya absorbiéndola, aunque eso sí, una vez transcurrido este tiempo tira el agua sobrante para evitar que tu flor de pascua quede infectada por los hongos.
Cuidados post-navidad
Como ya se ha mencionado al principio de este artículo, nos han vendido la idea de que la flor de pascua tan solo dura unas pocas semanas o como mucho unos dos meses, pero ¡eso no es cierto! Te alegrará saber que podrás preparar esta planta durante todo el año para las siguientes Navidades porque al igual que ocurre con la mayoría, la flor de pascua puede sobrevivir perfectamente no solo a los festejos, sino también a los meses posteriores.
Sin embargo, para conseguirlo debes tener en cuenta que normalmente entre mediados y finales de enero a la flor de pascua se le habrán caído todas las hojas y que para conseguir que florezcan deberás podarla, para lo que es altamente recomendable que utilices guantes y así evitar cualquier tipo de rozadura o reacción alérgica.
Junto a la poda, también es recomendable dejar que la planta descanse de los altibajos en las temperaturas que solemos frecuentas a lo largo de un año, en especial de la calefacción. De manera que, en este sentido, ocúltala en algún lugar que permanezca lejos de dicha fuente de calor hasta que, llegado el mes de septiembre, deba permanecer en total oscuridad, como deba ser la de un armario, durante unas 12 horas diarias. Y es que, gracias a esta simple práctica, en diciembre la flor de pascua habrá florecido de nuevo y podrás así disfrutar del rojo pasión al que acostumbra.
Usos para el hogar de la flor de pascua
La utilización que más conocemos y, por lo tanto, a la que más recurrimos es la de componente decorativo en el salón o en el centro de la mesa en la que nos solemos reunir para celebrar los días más señalados de la Navidad. Sin embargo, quizás algo que no sabías es que son muchos los usos que se le pueden dar a la flor de pascua, y entre ellos, ganan especial relevancia los que tienen que ver con la medicina.
Por ejemplo, es una planta que permite disminuir la inflamación, aunque para ello previamente es necesario asar sus hojas y luego colocarlas sobre la zona inflamada a la temperatura más alta que la persona afectada tolere, así como hay quienes también suelen hervirlas y exprimir limón por encima para tratar de aliviar aquella parte del cuerpo que hubiera recibido algún golpe. Ahora bien, es conveniente consultar estas prácticas con un experto, ya que hacer un uso inadecuado de estas propiedades puede también acarrear problemas mayores.