El gotelé es un tipo de pintura empleada en algunas viviendas que destaca por componerse de puntos, de mayor o menor grosor, que sobresalen y crean rugosidad en la pared. Pese a que estuvo de moda hace décadas, hoy es una opción descartada para los pisos al ser incómoda a la hora de colgar objetos en las paredes con adhesivos u otro tipo de materiales y muchos no lo encuentran estéticamente agradable.
Por ello, te indicamos cómo deshacerte del gotelé. Hay que recordar que, en el caso de que vivas en un piso alquilado, necesitas el pleno consentimiento de tu casero o casera para realizar esta operación, ya que si se procede a ello sin su permiso puedes perder la totalidad o parte de la fianza entregada.
Dos formas de quitar el gotelé
Este tipo de pintura puede ser eliminado de dos formas, en función del estado actual de la pintura, su acabado y grosor. Por un lado, puedes cubrir el gotelé, un método más apto en el caso de que se trate de pintura acrílica, dura y difícil de retirar. Es la opción más común, ya que las paredes suelen estar pintadas con pinturas plásticas que suelen ser algo difíciles de eliminar.
No obstante, también se puede raspar el gotelé, en el caso de que se hubiera pintado la pared con unas pinturas temples, blandas y sencillas de borrar mediante el raspado. Esta técnica consiste en rasgar con una espátula hasta que la superficie quede lisa. Únicamente se aconseja este método si se conoce con certeza que tras la pintura la pared se conserva en buen estado.
Para saber qué tipo de gotelé tenemos en casa, debemos extraer antes un trozo del mismo (no muy grande) y meterlo en un vaso de agua. Si la pintura se disuelve, tendremos una pintura al temple, blanda; en cambio, si continúa siendo sólido, será una pintura acrílica, por lo que se debe proceder al cubrimiento.
Eliminación del gotelé mediante raspado
El raspado del gotelé, aunque es el método menos aconsejado por su incerteza, es también el más fácil en el caso en el que se pueda realizar sin daños posteriores. Únicamente serán necesarias una espátula de entre 5 y 6 centímetros de ancho y un pulverizador de agua.
En primer lugar, deberás humedecer el gotelé con el pulverizador, cubriendo zonas de un metro cuadrado aproximadamente. No es necesario mojar la zona en exceso, simplemente hay que humedecerla ligeramente hasta que el color se oscurezca un poco. Tras esto, es el momento de raspar la pintura con la espátula. Sitúala en la pared inclinándola ligeramente y, con un movimiento firme hacia arriba, retira la pintura. Repite este proceso por toda la pared, aunque debes tener cuidado con no clavar los extremos de la espátula, porque así podrían quedar marcas.
Una vez la pared quede lisa, recuerda que, si quieres volver a pintarla, es aconsejable que la pintes de blanco previamente para evitar que la nueva pintura se mezcle con restos de los materiales que estaban antes del proceso.
Eliminación del gotelé cubriéndolo
Antes de proceder a la operación, es importante que cubras los muebles o incluso despejes la habitación de cualquier mueble que pueda molestar o mancharse. Además, es aconsejable rodear con cinta aislante interruptores y enchufes a fin de que no se manchen de pintura. Lo podrás retirar al finalizar el proceso. También se debería poner cinta de carrocero en el encuentro entre el techo y la pared para delimitar la pintura y evitar manchar el techo.
A contuación, necesitarás pasta cubregotelé (especialmente la que se aplica con rodillo, más fácil de aplicar), junto a un rodillo de unos 20 centrímetros aproximadamente, una varilla removedora adaptada a un taladro (aunque, según las indicaciones del fabricante, también puede ser removida de forma manual), una llana alisadora, una lija fina y guantes.
Primero, deberás remover la pasta antigotelé con la varilla adaptada al taladro, ya que suele ser espesa. A continuación, aplica la pasta con el rodillo en sentido vertical, horizontal y diagonal cubriendo totalmente las zonas en las que haya gotelé. Cubre en cada pasada una zona de alrededor de 2x2 metros, aunque no zonas más grandes, ya que la pasta podría secarse antes de que se proceda a siguientes pasos.
Antes de que la pasta se haya secado, es turno de eliminar los bordes con la llana. Pasa la llana ancha de forma horizontal sobre la pasta aplicada, intentando que no vuelvan a quedar bordes entre una pasada y otra. Una vez ya esté seca, habiendo dejado pasar el tiempo que el fabricante de la pasta indique, procede a lijar las imperfecciones de la pared con una lija.
Si lo consideras necesario, puedes realizar una segunda pasada de pasta cubregotelé y, tras extender la pintura, en este caso pasa la llana de forma vertical. El acabado de esta segunda capa será más fino. Vuelve a dejar secar y lija si consideras oportuno. Una vez hayas repetido el proceso con las paredes necesarias, limpia el polvo del lijado con un trapo a fin de tener la superficie sin obstrucciones.
Antes de volver a pintar la pared, primero debes sellar la pared. Para ello, puedes pintarla de blanco con pintura muy diluida o con un producto de imprimación. Finalmente, una vez se haya secado la pintura, puedes volver a pintarla, ¡esta vez sin gotelé!.