La okupación es un problema que afecta, sobre todo, a las grandes ciudades. Sin embargo, los pueblos y pequeñas villas no están exentas de este tipo de invasiones que comenzaron en los años 70 y que ha ido creciendo paulatinamente hasta convertirse, actualmente, en un verdadero quebradero de cabeza. Los propietarios de las viviendas okupadas son los principales afectados y no siempre saben qué es lo que tienen que hacer o los pasos a seguir para desalojar su vivienda de estos habitantes que se han colado en ella por la fuerza. ¿Es posible echar a los okupas de una casa?
¿Qué es la okupación?
Se trata de un movimiento social cuyo objetivo es irrumpir en terrenos que no están ocupados o en viviendas vacías -ya sea de forma temporal o permanentemente- para habitarlas. La mayoría de los okupas tratan de transmitir, por medio de estas acciones, su protesta en contra de la política y de la legislación, abogando por una serie de derechos sociales entre los que se encuentra el de poseer una vivienda propia. Y es que la mayoría de las personas que siguen este movimiento de okupación son individuos que se encuentran en el umbral de la pobreza y de la marginalidad.
¿Qué hay que hacer cuando tu inmueble es okupado?
La mayoría de las okupaciones se produce en viviendas que están vacías y deshabitadas, aunque también puede producirse en casas en los que sus dueños no se encuentran dentro por diferentes circunstancias, por ejemplo por vacaciones. El problema es que los okupas cuentan con un manual que se transmite a través de diferentes redes sociales en el cual se describe la técnica para invadir estos inmuebles aprovechando ciertos vacíos legales. De esto se deriva que recuperar una casa okupada pueda suponer un proceso tedioso prolongado en el tiempo y que, en la mayoría de las ocasiones, termina con una vivienda destrozada por los habitantes indeseados.
El tiempo es clave
El mejor escenario para una persona a la que han okupado una casa es denunciarlo rápidamente a la policía, algo que se puede hacer sin necesidad de llevar ningún tipo de documentación que demuestre que el inmueble está a su nombre. Eso sí, es muy importante que se haga dentro de las primeras 48 horas desde la entrada forzosa, ya que entonces la policía podrá proceder al desalojo sin necesidad de una orden judicial. En caso de que los okupas se resistan, se podrá proceder a desalojarlos por la fuerza, aunque no siempre las autoridades logran entrar en el inmueble.
Si la denuncia del allanamiento se produce 2 días después, entonces todo entra en un complicado y tedioso proceso que puede demorarse hasta más de un año. Esto también puede ocurrir si los okupas declaran a la policía que llevan más de 48 horas dentro de la casa, ya que no podrán hacer nada para desalojarlos. Es por eso por lo que también es importante contar con testigos que señalen que la ocupación se ha producido en el plazo debido, ya que nada impide a los okupas mentir sobre la verdadera fecha del allanamiento.
¿Qué pasa si no se denuncia a tiempo?
Si un inmueble vacío -identificable normalmente por los okupas por un cartel de 'se vende', 'se alquila' o 'en rehabilitación'-, es okupado y el dueño no se da cuenta a tiempo del allanamiento y el plazo de 48 horas expira, ya no se podrá proceder al desalojo rápido y se tendrá que proceder por la vía de lo civil o de lo penal. En este escenario, la policía necesitará una orden judicial para proceder al desalojo. Para ello, los abogados recomiendan que se interponga una demanda civil de desahucio para la celebración de un juicio cuya fecha y hora será señalada por un juez. Lo más común es que los okupas no se presenten al juicio con la intención de dilatar el proceso de desalojo. Además, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los dueños de la vivienda es no conocer el nombre de los okupas, ya que éstos no están obligados a identificarse mientras permanezcan dentro de la casa, ni si quiera por orden de la policía. Esto supone un problema a la hora de celebrar el juicio, por lo que el propietario debe tratar de conocer el nombre de los okupas de la mejor forma que pueda. Eso sí, en el momento en el que éstos reciban la orden judicial, sí estarán obligados a identificarse.
El problema de no denunciar en las primeras 48 horas es que el proceso de desalojo suele demorarse bastante tiempo, siendo un proceso cuya duración media puede variar entre los o meses y los 2 años. Esto se debe a que los okupas suelen saberse al dedillo todas las técnicas y trucos para eludir al código legal y retrasar el desalojo. Sin embargo, en el momento en el que el juez dicte la orden de desahucio, la policía procederá a expulsar a los habitantes de la vivienda okupada aunque tengan que recurrir a la fuerza. Lo que nunca recomiendan los abogados es que el propietario interponga una demanda penal, ya que éste es un proceso mucho más complicado que puede provocar que se alargue lo suficiente como para que el juzgado lo archive y de la razón a los okupas haciendo referencia a que éstos han entrado en una vivienda deshabitada por necesidad. De esta forma no habrían incurrido en ningún delito.
¿Y si se trata de una vivienda habitual?
En el caso de que se trate de una casa con dueños habituales y éstos no han denunciado la okupación en el plazo de 48 horas, el proceso de desalojo será el mismo que el de una vivienda deshabitada. La diferencia es que, en este caso, los okupas se enfrentarán a un delito de allanamiento de morada que pueden terminar en hasta 2 años de prisión. Es por eso por lo que los okupas suelen optar por inmuebles que están vacíos.
¿Qué ocurre una vez se ha recuperado la casa?
El hecho de que los okupas hayan sido desalojados del inmueble no siempre supone el fin del proceso para el propietario. En la mayoría de las ocasiones, los dueños se encuentran con una vivienda destrozada y deben afrontar los gastos que supone limpiarla y rehabilitarla para hacerla habitable de nuevo. Y es que, aunque son los propios okupas los que deben pagar por todos los desperfectos ocasionados, éstos simplemente tienen que declarase insolventes para no tener que abonar la multa, lo que hace que el propietario no reciba ningún tipo de indemnización y tenga que recomponer el inmueble por su cuenta.