A la hora de pensar en la decoración de una casa se presta atención a una serie de detalles como son los textiles en el caso de las habitaciones (sábanas, cojines, alfombras, etc.) o a cualquier otro objeto de decoración como puede ser un cuadro o un jarrón. También es una importante decisión la hora de escoger los colores de las paredes en cada una de las estancias por la gran influencia que estos tienen sobre las sensaciones que se transmiten y como una casa habla de uno mismo.
Seguramente algo que también se mira a la hora de decorar son las lámparas pero, erróneamente, el factor principal que lleva a tomar decisiones es más la forma que el tipo de iluminación. Aunque haya que elegir también por el gusto y como pueda quedar con el resto de la decoración, el cómo ilumina la estancia influye directamente en todo lo que se encuentra en la habitación: desde los colores, los textiles, hasta la sensación que transmite la propia habitación llegando a hacerlas acogedoras o todo lo contrario.
En este artículos hablaremos de la importancia de la luz en la decoración de una casa a través de los diferentes tipos de luz según la función que desempeñen así como de algunos trucos a tener en cuenta para lograr diferentes soluciones a la hora de iluminar.
Luz natural
Esta es la mejor opción a la hora de iluminar una estancia de la casa, siendo la que más vida dará a los interiores y haciéndolos más acogedores para realizar cualquier tipo de actividad. Para ellos es importante prestar especial atención a las ventanas y, más concretamente, a su tamaño y orientación, llegando incluso a determinar la propia distribución de los muebles y la decoración, así como los colores y los materiales.
Luz artificial
Pero, como es lógico, la luz natural no es constante ni en las horas ni en su calidad, que irá variando a lo largo del día. Por este mismo motivo será necesario complementar cualquier estancia con la luz artificial a través de lámparas. Lo favorecedor de esta iluminación es que será totalmente controlada por nosotros, pudiendo hacer con ella lo que queramos. Pero algo a tener en cuenta es que la luz es mucho más que un interruptor encendido o apagado. Si no se escogen las lámparas adecuadas para una habitación de una casa lo que se conseguirá será un espacio mal iluminado arruinando así todo lo bueno que pueda haber en cuanto a decoración. Por eso se debe prestar especial atención, por lo que a continuación te presentamos los diferentes tipos de de luz que se pueden utilizar.
Tipos de luz
Tanto en la luz natural como en la artificial podemos encontrar diferentes tipos de 'color', desde las cálidas hasta las frías pasando por la neutra. En el caso de la luz natural esto se producirá de forma natural en función de la propia climatología y la hora del día; mientra que en la artificial podremos nosotros jugar según mejor nos venga. Se considera luz cálida aquella que, básicamente, tiende a un color rojizo o anaranjado; mientras que la fría es más azulada. En cuanto a la nuestra, estaríamos hablando de un color blanco.
También podemos hablar de diferentes tipos en función de la forma del halo de luz. Por un lado estaría la direccional (también puntual), que se caracteriza por un haz concentrado y que se dirige a un punto concreto. Para conseguirlo, las lámparas que proporcionan este tipo de luz se caracterizan por tener una pantalla opaca (de forma que la luz solo sale por la abertura) y que en su interior son reflectantes (de esta forma se potencia aún más el haz). En el lado totalmente opuesto encontraríamos la difusa, en las que el haz de luz es más abierto de forma que se esparce de por toda la habitación, creándose una especie de burbuja todo alrededor de la lámpara. En este caso, las pantallas de la lámpara son de material traslúcido, lo que les permite proyectar de esta forma la luz.
Los colores
La combinación de iluminación y colores es muy importante, porque los colores son resultado del nivel de luz que absorben y de la que reflejan, por lo que en función de un tipo de lámpara u otro pueden llegar a variar mucho, haciendo que el color sea totalmente distinto o no consigamos el que realmente estamos buscando aunque hayamos comprando la pintura correcta.
Cinco puntos de luz
A la hora de la iluminación, hay una regla según los decoradores que dice que para que un cuarto esté correctamente iluminado debe tener al menos cinco puntos de luz, de forma que ganará vitalidad. Siendo también un poco realistas, muchas veces conseguir cinco resulta complicado, por lo que se recomienda que al menos haya dos: una luz general y otra fuente puntual que irá acorde con la actividad que se desarrolle en el cuarto en concreto. Para conseguirlo se puede hacer una combinación de las opciones explicadas a continuación.
Orientación de las lámparas
Hacia el techo: Esto consiste en apuntar con el haz de luz directamente hacia arriba, lo que hará que esta rebote en la superficie y sea más difusa la iluminación. Esta es común cuando se quiere crear un ambiente más amplio o destacar la altura de los techos, acabando así con la zona en sombra en la parte de alta.
Luz dirigida: Si hay alguna parte en especial de una habitación que quieres que destaque más que el resto, el lugar de recurrir es mucho más sencillo y elegante destacar a través de la la luz.
Luces complementarias: muchas veces es necesario que en ciertas zonas haya una luz dirigida porque hace falta una buena visibilidad. Esto lo que genera, como ya se explicó, es un fuerte contraste de luces y sombras. Para erradicar esto lo que se puede hacer es colocar al lado alguna fuente de iluminación difusa, para que esa zona en sombra se vea reducida pero sin restarle la fuerza que necesita la zona concreta de la iluminación directa.
Por lo tanto, la mejor opción es colocar lámparas a distintos niveles. De esta forma si en una misma habitación colocas distintos puntos de luz (como es recomendable) y estos están a distintos niveles crearás un tipo de iluminación mucho más dinámico, lo cual podrás utilizar como un elemento más a la hora de jugar con la decoración.