De siempre es sabido lo beneficioso que es tener plantas en el interior de las casas, principalmente gracias a su capacidad regeneradora de aire a través de la conversión de CO2 en Oxígeno (O2). Además, estas también aumentan el nivel de humedad en el ambiente y pueden llegar a eliminar (dependiendo de qué tipo de planta que sea) hasta un 90% de las toxinas en un habitación.
Pero lo más común a la hora de decorar con plantas era colocarlas sobre superficies horizontales como el suelo, las repisas de las ventanas o sobre alguna mesa. Esto, más allá de la decoración, acaba convirtiéndose en un engorro en determinados momento como por ejemplo la hora de la limpieza ya que obliga a estar moviéndolas constantemente. Pero una nueva forma de decorar interiores con plantas ha puesto solución a este tipo de problemas, además de ser una opción muy original y distinta que dará un toque moderno a cualquier espacio. Esta son los jardines verticales. Sigue leyendo y te contamos todo lo que necesitas saber sobre este nuevo modelo de jardinería.
¿Qué son los jardines verticales?
Como bien su nombre indica, un jardín vertical es la colocación de plantas en una superficie vertical en lugar de la forma más tradicional que es la horizontal. Por supuesto, las también conocidas como paredes de cultivo o muros verdes, están instaladas en unas superficies especiales dando la apariencia de que crecen de esta forma.
Esta es una muy buena opción si no queremos perder espacio en algún cuarto a la hora de tener plantas; además de que también es una forma distinta de decorar por ejemplo una pared, escapando de otras posibilidades más comunes como son colgar cuadros o un espejo.
Pero aunque todo parezca bastante positivo a la hora de escoger esta opción en lo que a jardinería se refiere, hay un aspecto muy importante a tener en cuenta: la creación como tal de este tipo de construcciones. Es muy importante prestar especial atención al propio diseño, así como a otros aspectos como las condiciones diferentes en función del espacio. La estructura será el pilar fundamental para que los vegetales puedan sobrevivir además de disponer de una forma sencilla de poder regarlas y abonarlas para que se mantengan con vida.
Puede que después de todas estas advertencias, la idea de tener un jardín vertical en tu casa ya no te guste tanto. Pero tranquilo, esto se ha puesto tan de moda que se pueden comprar estructuras ya fabricadas en multitud de tiendas, sobre todo en aquellos especializadas en jardinería y bricolaje. Pero si quieres ser original y tener un jardín vertical muy especial, a continuación te presentamos una cuantas ideas para que empieces a pensar desde ya dónde podrías colocarlas en tu propia casa.
Jardín vertical con macetas
La forma más común de tener una planta es en una maceta. Por eso la primera opción que te presentamos es la colocación en vertical de este tipo de elementos. Para ello no hará falta nada más que una estructura para colocar cada una de las macetas con el simple requisito de que pueda soportar el peso que le vamos a incorporar. Un alambre o incluso cuerdas son una muy buena opción. Estos pueden ir colador directamente de la pared con una argolla o incluso del techo.
Si quieres que sea original y para hacer del conjunto un único jardín, lo mejor es que todas estas combinen entre sí. Por ejemplo, las macetas puede ser del mismo color o de algún mismo material como el metal. Otra forma de jugar con ellas es con los tamaños. Una de las más recurrentes es que sea de distintos tamaños y preferiblemente colocadas de mayor a menor en orden ascendente, como si fuese una pirámide.
Palet como soporte
Desde hace tiempo, el reutilizar los tradicionales palets de madera de las obras como elemento decorativo es muy recurrente. Desde convertirlos en mesas, hasta en un somier de cama y, ahora, para creación de jardines verticales. La idea consiste en colocarlo de pie y que las flores asomen entre sus tablas. Para ellos, las macetas han de ser colocadas en la parte de atrás de los tablones, aprovechando su estructura.
Lo bueno es que poco hay que modificar en estas estructuras. Además, al ser de manera las posibilidades para convertirlos en una pieza única son infinitas ya que el material se presta a ser pintado desde en un único color, a una combinación de varios hasta la creación de un estampado. ¡Lo que más te guste!
Muros verdes
Esta es sin duda la opción más complicada pero, al mismo tiempo, la más original y vistosa. Las paredes cultivo consisten en cubrir toda la superficie de vegetación sin que vea nada de la pared de fondo. Esto hará de cualquier espacio algo distinto y único.
En cuanto a su creación, esta no es tan sencilla como colgar unas macetas o pintar un palet de manera, obviamente. Para esto necesitaremos de una instalación un poco más compleja por varios motivos: el primero y más importante es la estructura, que tendrá que soportar una gran peso de la cantidad de plantas que son necesarias para cubrir totalmente una superficie, la segunda, el sistema de regado. Los muros permanecerán fijos a la pared por lo que no se podrán regar directamente las macetas.
Un motivo a favor de la instalación de este tipo de jardines, decir que estos ayudan a mejorar el aislamiento de cualquier espacio, tanto si se colocan en el exterior (cubriendo una fachada) como en el interior, mejorando las condiciones del espacio. Durante el invierno, las plantas lo que hacen es impedir que el frío llegue a la superficie y, consecuentemente, al interior de la casa. En cuanto a los meses de más calor, ocurre exactamente lo contrario, ya que la vegetación impide que los rayos de sol incidan directamente sobre la pared, ayudando a que los espacios mantengan una menor temperatura.