Tener una tarima en el hogar ofrece mucha calidez, permite que se pueda caminar con los pies descalzos en invierno y en verano, y ofrece muchas otras ventajas frente a otros tipos de suelo que podemos encontrar en una casa.
Al llegar a un lugar que cuenta con este tipo de suelo o al incorporarlo en nuestro hogar, el primer problema que encontramos es no saber qué cuidados especiales debe darse a la madera para que no termine cambiando su color o llenándose de marcas que vuelvan su estado irrecuperable.
Hay dos tipos de tarima, de interior o exterior.
Ante todo, debemos ofrecer unos cuidados diferentes a las tarimas de interior y a las de exterior, ya que estas últimas están expuestas a todos los factores que la vida a la intemperie puede conllevar, aunque algunas de las precauciones que aconsejamos en este artículo son interesantes para ambos tipos de suelo y ambiente.
Ante todo, cuando decidimos incorporar una tarima de madera a nuestro hogar debemos consultar a la empresa encargada de ponerla qué tipo de cuidados especiales debemos llevar a cabo, pues nadie puede aconsejarnos mejor que el propio fabricante. Si por el contrario, hemos llegado a un hogar que ya contaba con este tipo de suelo y necesitamos algunos consejos para conservarlo en el mejor estado posible, es muy sencillo.
En las tarimas de interior es una norma básica no andar con tacones. Puede parecer algo lógico, pero cuando entramos en la rutina del día a día es fácil olvidar detalles como este. Es también importante vigilar que los invitados e invitadas de nuestra casa no lleven este tipo de zapato, pues podríamos arrepentirnos de celebrar la reunión entre amigos antes de que acabe.
Lo perfecto es caminar con los pies descalzos
El agua es el principal culpable de que las tarimas terminen inflándose y estropeándose antes de tiempo. Por ejemplo, si un día de lluvia los zapatos están mojados al llegar a casa, es imprescindible secarlos bien antes de entrar. Otra norma fundamental es vigilar el agua de las plantas cuando se acaban de regar, pues en ocasiones el exceso de agua hace que salga por los laterales encharcando la sala y estropeando la madera.
Pero si el agua es mala para la tarima, ¿cómo podemos mantenerla limpia? Debemos intentar limpiarla de polvo y restos con una mopa suave que mantenga la madera intacta, en cambio si ya está sucio y debemos pasar la fregona, ésta deberá estar lo más escurrida posible, de modo que limpie con la humedad sin dejar rastro de agua. Existen muchos productos especiales que podemos añadir al agua antes de fregar, pero lo perfecto es utilizar uno con PH neutro.
Evitar ensuciar es la mejor manera de no limpiar la tarima demasiado
En el caso de las tarimas de exterior el mantenimiento se complica un poco. Esta tarima es más resistente porque sus materiales están preparados para los agentes externos como los cambios de temperatura o la lluvia, que son los que más van a dañar la madera. Para evitar que esto suceda con el tiempo, es importante mantener impermeabilizada la tarima en todo momento, para esto existen aceites especiales que podemos encontrar en cualquier tienda mínimamente especializada, aquí deberemos mostrar el tipo de madera que tenemos en casa para que puedan aconsejarnos sobre la mejor opción.
Los aceites protegerán la madera exterior en invierno y verano
Otro problema común que encontraremos especialmente en las tarimas de exterior son los insectos que pueden destrozar por completo la madera, para esto deberemos aplicar productos insecticidas especiales para madera regularmente.
Y por raro que pueda parecer, en este tipo de tarima será aconsejable mojarla de vez en cuando con una manguera. Esto sucede especialmente en los ambientes más secos, donde la falta de humedad puede secar demasiado el suelo haciendo que termine por estropearse. Un poco de agua le devolverá la humedad que necesita para estar en el mejor estado.
Las mascotas dejarán huella en tu tarima, es inevitable
En el caso de hogares que cuentan con mascotas como perros y gatos, debemos ser conscientes de que no hay nada que se pueda hacer para evitar que dejen huellas en el suelo con sus pisadas. No se puede cambiar el hábito de un animal para mejorar las condiciones de nuestros hogares, porque ese es también su hogar y en ningún caso aprenderán a caminar con calcetines para cuidar de nuestra tarima. Por tanto, si tienes mascotas y quieres tarima, debes saber esto de antemano.
Y además de todos los cuidados que necesita una tarima, no olvides todas las cosas buenas que te ofrecerá, desde un estilo elegante en tu hogar hasta grandes momentos en el suelo con los niños y niñas de la familia, o momentos de manta y vino en el suelo disfrutando de una película. El suelo ya no será únicamente para caminar, porque la madera mantiene siempre una temperatura agradable y nos permitirá disfrutar de geniales momentos en pareja, familia y con amigos.