Puede que estés pensando en independizarte tras haber vivido con tus padres toda la vida, o bien acabes de romper con tu pareja y quieras compartir piso con otra u otras personas durante tu soltería, o te plantees cambiar el lugar donde resides para empezar de nuevo, ya bien sea porque te mudas a otro pueblo o ciudad o porque quieres un nuevo hogar. Sea por el motivo que sea, es posible que te estés planteando cambiar de vivienda y que esta sea compartida con otras personas.
Lo primero que debes tener en mente, si nunca has compartido piso antes con otras personas que no sean ni tu familia ni tu pareja, es que la convivencia no es fácil. Seguramente que incluso con estas personas hayas podido tener tus roces durante los meses o los años que hayáis podido vivir bajo el mismo techo y eso es totalmente normal.
Debemos tener presente que en el hogar es donde nos permitimos ser nosotros mismos con mayor libertad y, a veces, esto puede que no termine de encajar con todo el mundo. Además, en casa nos permitimos decir o hacer aquello que no hemos podido verbalizar o realizar a lo largo del día y quizás nos sintamos con mayor libertad de decir lo que sentimos o pensamos, sin darnos cuenta de que esto podría llegar a herir a las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Es decir, es más probable que le digas de una manera más brusca algo que te molesta a un compañero de piso que a un superior o compañero de trabajo, o bien que tengas menos paciencia con él o con ella que con un amigo u otra persona a la que ves de manera ocasional.
Por eso, existen ciertas personas con las que deberías intentar no compartir piso, ya que estos pequeños roces podrían afectar a tu vida personal o laboral, dependiendo de qué conocieses a esta persona y en qué contexto tendríais que volver a encontraros. Descubre cuáles son aquellas personas con las que no deberías compartir piso para que puedas encontrar un hogar donde te sientas cómodo y puedas disfrutar de la experiencia de vivir con otras personas durante una temporada, la cual es muy enriquecedora y te enseñará normas de comportamiento que te ayudarán y te acompañarán el resto de tu vida.
Compañeros de trabajo
Es posible que tengas una excelente relación con varios o muchos compañeros de trabajo. Lo más probable es que te sientas cómodo a la hora de hacer cosas con ellos fuera de vuestro puesto de empleo e, incluso, que os hayáis confesado muchas vivencias. Sin embargo, deberás tener cuidado a la hora de escogerlos como compañeros de piso, ya que solamente conoces la faceta pública de ellos, al igual que ellos solo conocen tu lado menos intimo.
Si te fueses a vivir con alguno de ellos, el roce de la convivencia podría generar problemas a la larga y deteriorar vuestra amistad o vuestra relación laboral. Puede que no seáis amigos, sino meramente compañeros, pero el hecho de vivir bajo el mismo techo hace que conozca muchas intimidades tuyas, que podría compartir con otros compañeros de tu mismo empleo, lo que podría llegar a hacerte sentir muy incómodo y generarte alguna que otra situación incómoda en el trabajo, lo que te impediría realizarlo de forma adecuada y podría afectar de forma negativa a tu rendimiento.
Además, en el caso de que tuvieses algún problema con este compañero de piso puede que no pudieses hablarlo libremente con el resto de tus amigos en el trabajo, puesto que serían vuestros mismos compañeros, lo que podría generar una gran situación de malestar si eres tú el que habla mal de otra persona que otros conocen también, siendo incluso un acto poco profesional que los superiores podrían tener en cuenta a la hora de valorarte como trabajador.
Exparejas o amigos de amigos
Incluso si tienes una buena relación con tu ex pareja, es recomendable que, si la relación ha terminado, cada uno se busque su propio hogar. Piensa que, con el tiempo, cada uno querrá rehacer su vida y conocer el amor de nuevo o disfrutar de la soltería, por lo que el hecho de que pudiese traer gente a casa podría llegar a herirte o molestarte, lo que terminaría por hacer que te sintieses incómodo en tu propia casa. En el caso de que fueses tú el que rehiciese su vida, podrías notar como tu nueva pareja no se siente del todo a gusto con que vivas con tu ex pareja y esto podría generar además otro conflicto.
Compartir piso con los amigos puede sonar como algo emocionante, pero como comentábamos, debes tener en cuenta que dentro de casa cada uno tiene su manera de hacer las cosas y esto puede llegar a chocar con los demás compañeros. No puedes pretender que siempre todo vaya bien aguantando lo negativo de los demás, ni dejando de cumplir las normas de convivencia, como no hacer las tareas de limpieza, respetando las horas de descanso, la gente que traes a casa, las quedadas, el no fumar, etcétera.
Por eso, deberás intentar no convivir con amigos o amigos de tus amigos, ya que en el caso de que tuvieseis dichos problemas de convivencia podríais terminar por estropear vuestra buena relación. Pasar muchas horas juntos puede que suene bien, siempre que sea para pasar un buen rato, pero compartiendo piso viviréis el día a día, el cansancio después del trabajo, los nervios de los exámenes, las pocas ganas de hablar de algunos o los nervios acumulados del otro.
Así pues, lo más recomendable es vivir con gente que tengas poco trato directo, es decir, ni un vínculo laboral o emocional, de manera que si tienes problemas de convivencia estos no vayan a afectar a tu trabajo o a tu círculo de amigos o futura pareja.