Quizá las paredes de tu casa lleven bastantes años con la misma pintura y estés pensando en volver a pintar. Incluso si no te lo has planteado, un cambio siempre viene bien en el hogar. Si quieres seguir utilizando pintura para decorar las paredes en lugar de, vinilos, papel pintado o cualquier otro revestimiento pero también quieres optar por una técnica actual y moderna, puedes utilizar la pintura metalizada.
La pintura metalizada se está poniendo muy de moda actualmente. Y es que consigue dar ese toque al hogar que lo hace moderno, único y lujoso. Si te aburres de las típicas paredes de colores neutros que por sí solas no tienen vida, ¿por qué no te atreves con esta tendencia? No te defraudará y convertirá tu hogar en otro completamente distinto.
Este tipo de pintura tiene grandes ventajas. En primer lugar, es muy actual por lo que dará a la estancia donde se aplique un toque contemporáneo. Por otro lado, al ser metálica reflejará la luz y hará los ambientes más luminosos. Debido también a su acabado metálico, los espacios pintados y decorados con este tipo de pintura adquieren un matiz elegante y sofisticado de inmediato.
Como ocurre con los colores oscuros y fuertes, la pintura metalizada es algo muy llamativo, por lo que lo aconsejable es alternarla con otros colores neutros y más suaves. Por ello, se recomienda crear paredes de acento, nunca pintar un salón entero, pues puede ser demasiado agobiante. Por ejemplo, puedes pintar la pared donde tienes un sofá de un color metalizado, y el resto de la estancia de un tono grisáceo o blanco.
Si te estás preguntando en qué tipo de decoración se puede aplicar este tipo de pintura, hay que señalar que si se sabe usar bien se puede aplicar en cualquier estilo de decoración, incluso en uno tan opuesto como el rústico. Por otro lado, si te gusta la pintura metalizada pero no te atreves con algo tan excesivo como las paredes, esta pintura también puede usarse para personalizar pequeños objetos o superficies. Esto aportará a tu hogar un toque de distinción y modernismo.
La pintura metalizada aporta brillo, luminosidad y si se usa en su justa medida, da un toque lujoso a cualquier pared. Antes de ponerse manos a la obra, debes tener en cuenta dónde vamos a usar esta pintura, en qué cantidad y en qué color. Debemos respetar la armonía de la estancia, de lo contrario, el uso de esta pintura dará lugar a un resultado bacano y hortera.
Pintura metalizada en paredes
Claro que puedes pintar toda una pared con este tipo de pintura, sobre todo si quieres darle ese toque chic y lujoso a tu estancia. Puede ser la pared de una cocina, un recibidor, un dormitorio e incluso una cocina. Pero existen muchas formas de utilizar la pintura metalizada en tu pared.
1 Pintarla por completo.
En habitaciones con una iluminación pobre, combinar pinturas metalizadas como doradas o plateadas con colores claros amplifica el efecto reflectante. Puedes aplicar la pintura de arriba abajo, de forme irregular, a golpes... no tienes por qué darle un acabado uniforme, puedes atreverte con cualquier cosa.
2 Motivos metálicos estampados.
Puedes usar la pintura en pequeñas cantidades. Sobre una pared sólida puedes aprovechar el color de fondo para aplicar el color metalizado en zonas concretas y de manera irregular. Crea un patrón, haz lunares, triángulos... cualquier cosa que imagines.
3 Uso de plantillas.
Con la técnica del estarcido o creando líneas rectas con cinta de enmascarar obtendrás un resultado increíble que no dejará indiferente a nadie.
4 Detalles metálicos a mano alzada.
Aquí no necesitarás ninguna plantilla. Si te atreves, coge un pincel, el tono metálico que prefieras y enfréntate a una pared vacía. Puedes dar toques de plateado a una pared gris o de dorado a una pared blanca. Para conseguir mayor contraste, busca mezclar colores metálizados con oscuros, como el negro con el dorado.
Pintura metalizada en objetos
Su aplicación es muy sencilla. Puedes atreverte a pintar jarrones, lámparas, un centro de mesa, marcos de fotos o espejos... cualquier figura que se te ocurra de cerámica, porcelana, madera u otro material sobre el que se pueda pintar.
Con esto conseguirás dar un cambio a tus muebles viejos y anticuados. Puedes convertir, por ejemplo, un taburete viejo en el objeto más atractivo de tu cocina. También puedes combinar el uso de pintura metalizada con texturas metalizadas.
Por ejemplo, una pared dorada en un salón puede quedar muy bien con un cojín del mismo tono en un sofá. Eso sí, siempre manteniendo prudencia para no acabar teniendo un ambiente recargado y hortera.
Como veis, la pintura metalizada es una gran aliada para la decoración de interiores actual, nos ofrece muchas ventajas y, debido a que es pintura, es sumamente sencilla su aplicación. Hoy en día, si queréis encontrar pintura metalizada, todas las marcas de pintura tienen su catalogo donde podéis encontrar distintos tonos y texturas.