Cada vez van apareciendo nuevas técnicas en el mundo del interiorismo que permiten aplicar estilos y tendencias nunca antes vistos en la decoración de los hogares. Sin embargo, el auge del estilo vintage también ha propiciado el resurgimiento de antiguos diseños que han vuelto a ponerse de moda. Es el caso de la pintura a la tiza, una forma de colorear cada rincón de una casa que se lleva usando desde el siglo XVI y que hoy vuelve a estar a la orden del día.
Este tipo de pigmento ofrece numerosas ventajas y es por ello que ha vuelto a imponerse como una de las mejores opciones a la hora de dar color a las paredes, los muebles o los suelos del hogar. Además, la chalk paint (su nombre en inglés) tiene un acabado único y original que convertirá en único cualquier elemento que se cubra con ella. Por esta y otras cuantas características, deberías plantearte el uso de la pintura a la tiza la próxima vez que te pongas manos a la obra con la brocha y el rodillo. Esto es todo lo que debes saber:
¿Qué es la pintura a la tiza?
Se trata de un pigmento que está compuesto, básicamente, de agua y sulfato de calcio, es decir, tiza o yeso. De este modo, este tipo de pintura ofrece un suave acabado mate que aporta un estilo rústico a cualquier elemento que se coloree con ella, siendo el material idóneo para pintar muebles o superficies de madera. Con el paso de los años, se han ido añadiendo otros ingredientes como acrílicos o plásticos para mejorar su adherencia y aumentar sus posibilidades de uso, aunque las mejores chalk paints del mercado son las que están formadas por más de un 35% de tiza.
Así, se debe tener cuidado a la hora de acudir a una tienda de confianza para hacerse con uno o varios botes de pintura a la tiza, porque muchas marcas del mercado tienden a llamar así a sus productos cuando la realidad es que la presencia de este material es tan pequeña que apenas se notará la diferencia con otro tipo de pigmento. Aunque el "efecto chalk paint" o el "acabado tiza" se asemejan mucho al acabado que ofrece el colorante original, se deben evitar estas imitaciones si lo que se quiere es conseguir un resultado óptimo, estético y duradero.
Otra de las ventajas de la pintura a la tiza es que, al estar compuesta principalmente por agua, se trata de un pigmento ecológico que no resulta tóxico para las personas ni para el medio ambiente. Además, por esta misma razón, la chalk paint es prácticamente inodora, por lo que no tendrás que preocuparte de que el molesto aroma de la pintura se quede impregnado en la habitación durante días.
¿Cómo y dónde usar la pintura a la tiza?
Su aplicación es muy sencilla y, en principio, las superficies que vayan a ser pintadas no necesitan ningún tratamiento previo. No obstante, algunos amantes del bricolaje recomiendan lijar el área a colorear para que el pigmento penetre bien y el resultado sea mucho más duradero. Una de las características principales de la chalk paint es que ofrece un efecto decapado al instante, lo que automáticamente le infiere un aspecto envejecido y vintage. Así, se puede intensificar este estilo tan en alza puliendo los bordes del elemento coloreado para que parezca todavía más antiguo.
La pintura a la tiza es muy versátil y estar compuesta principalmente de agua hace que pueda utilizarse casi en cualquier parte que se quiera colorear. Maderas, piedras, cristales, metales o plásticos están entre los materiales que combinan a la perfección con este material, teniendo siempre en cuenta las características únicas de cada elemento. Sin embargo, hay que considerar que se trata de un pigmento meramente decorativo sin ningunas características especiales en cuanto a resistencia o durabilidad, por lo que debe evitarse su uso en cocinas, baños u otras zonas de la casa en las que la humedad y el tránsito sean muy frecuentes. Tampoco es la mejor opción a tener en cuenta si lo que se desea es pintar muebles de exterior o que vayan a estar mucho tiempo a la intemperie, a no ser que posteriormente se cubran con barnices o ceras protectoras.
Como se ha señalado anteriormente, las características de este tipo de pigmento permiten que pueda ser empleado para colorear casi cualquier superficie, pero uno de los trabajos en los que más se suele usar es en la restauración de muebles antiguos. Ya sea porque no te gusta el tono original o porque ha envejecido tanto que ya se ve muy estropeado, la pintura a la tiza se postula como la mejor opción para pintar una estructura desvencijada y darle una segunda vida útil. El resultado será la obtención de un elemento precioso y cuidado pero que seguirá manteniendo la personalidad y el encanto que solo pueden conferir el paso de los años.