Son muchas las ocasiones en las que los niños no pueden salir a la calle a jugar por el mal tiempo y deben quedarse en casa. Y con ello surge el miedo entre los padres a que en medio de su diversión algún mueble acabe siendo víctima del juego. Para hacer frente a estas situaciones ha surgido el concepto de playroom o sala de juegos. Se trata de un espacio organizado por y para los niños. En ellas los más pequeños pueden jugar con todos los elementos de la sala sin que suponga manejar elementos peligrosos para ellos.
Ahora bien, estas salas no tienen que ser solo para que los más pequeños puedan disfrutar de su deseada hora de juego, sino que también pueden leer o simplemente estar en un mundo hecho a su medida. Y es que lo importante de las playrooms es que el niño se sienta lo más cómodo posible y sienta que ese espacio le pertenece.
Un aspecto importante de estas salas es la decoración y la disposición de los elementos. Un ejemplo son las ventanas, puesto que la sala de juegos debe estar perfectamente iluminada. Para ello es conveniente contar con grandes ventanales que permitan a los más pequeños aprovechar el máximo de luz natural. Por otro lado, sería bueno que la sala cuente con una mesa y sillas para que los niños puedan incluso hacer sus tareas si es donde más cómodos se sienten. Varios estudios recomiendan colocarlos cerca de los grandes ventanales o lo más cerca posible a la principal fuente de luz. De igual manera que la disposición es básica; también lo es la decoración.
La importancia de los colores
Los colores vivos y alegres son los más utilizados a la hora de decorar las estancias de los más pequeños. Y la playroom no debe ser distinto. Lo cierto es que hoy en día hay multitud de propuestas para llevarlo a cabo: desde tonalidades muy saturadas en estancias más amplias al uso del blancos y tonos más suaves en las playroom más pequeñas. Eso sí, ten en cuenta que la pintura debe ser lavable de manera que no suponga un problema si en alguno de los juegos se mancha. Para evitar estos accidentes puedes optar también por el uso de papeles decorativos para tapar las paredes.
Una de las tendencias de los últimos años es la de colocar, al menos una de las paredes, con una pizarra que ocupe toda la superficie; de manera que si se sienten tentados de pintar en la pared lo puedan hacer con total libertad. De esta manera, pueden dar rienda suelta a su creatividad sin ocasionar ningún problema.
Por otro lado, entre los profesionales, son muchos los que consideran adecuado que la sala disponga de sillones o pufs; así como que en el proceso de decoración participen los niños. De esta manera sentirán suya la playroom, lo que les permitirá sentirse cómodos y tener una estancia propia dentro de la casa.
El orden es fundamental
Otro factor a tener en cuenta es el de la organización de la sala. Es conveniente que los más pequeños sean conscientes de que la sala necesita un orden. Puedes colocar los juguetes en las partes más altas de las estanterías para que no tengan la tentación de cogerlos y distraerse cuando no deben. Y es que la playroom no es solo la disposición de una sala en la que los niños puedan desarrollar sus juegos, sino que es una manera de enseñarles la necesidad de colocar las cosas.
Además, la playroom debe ser un lugar seguro en el que el niño pueda seguir siendo niño y en el que jugar no suponga un peligro. Para ello lo más recomendable sería colocar una protección en las ventanas para así evitar cualquier tipo de accidente con los cristales. En la misma línea y para prevenir que los niños caigan enfermos, lo mejor sería colocar una alfombra en alguna zona de la sala y recurrir a un tipo de suelo que aísle del frío.
De igual manera insonorizar la sala podría ser recomendable si está destinada a recoger a muchos niños. En ese caso, conviene que haya algún adulto que esté pendiente de las necesidades de los menores.
¿Y si mi casa es pequeña?
Lo cierto es que no son muchos los hogares que pueden destinar una sala amplia como cuarto de juegos de sus hijos. Pero no te preocupes, si tienes una casa de menor tamaño también puedes organizar una playroom. En ese caso deberás delimitar muy bien en el dormitorio del pequeño qué zona es la que se usa exclusivamente para jugar y en la que no se pueden hacer el resto de cosas. Sin embargo, es imprescindible poder establecer zonas de almacenamiento de los juguetes para que se la pueda considerar una playroom.
En el caso de que puedas permitirte una sala exclusiva para los juegos de tus hijos solo tendrás que seguir algunos de los consejos que te hemos dado más arriba. Y es que en definitiva, la playroom debe ser una sala en la que tus hijos se comporten como niños y puedan expresarse en un entorno cómodo y seguro. Para ello recuerda que es muy importante contar con la opinión de los más pequeños en la organización de la sala.