En los últimos años, se ha ido perdiendo la bonita costumbre de imprimir las fotografías para preservarlas en álbumes que, posteriormente, se abrirán en las tardes de lluvia para que los buenos recuerdos invadan la memoria y se revivan aquellos maravillosos tiempos pasados.
Las instantáneas se acumulan en los dispositivos electrónicos formando varios gigabytes de información y rara vez se sacan de la carpeta de 'fotos antiguas', olvidada en nuestra sección de documentos. Mientras, los típicos álbumes marrones a los que alguien dedicó horas de esfuerzo para colmarlos de imágenes, reposan en la estantería del salón acumulando varios dedos de polvo.
Por fortuna, existe un movimiento (algunos ya comienzan a denominarlo arte) que tiene como objetivo que las personas vuelvan a reunirse frente a las recopilaciones de fotos familiares: el scrapbooking. Esta técnica consiste en decorar los álbumes con todo tipo de adornos, dando como resultado una forma muy vistosa, divertida y original de almacenar los recuerdos más preciados.
Se trata de una manera muy divertida de revalorizar las memorias, que pueden ser de todo tipo: retratos, cartas, recortes de prensa, entradas, papeles de regalos especiales, etc. De esta forma, el scrapbooking cumple varias funciones. Por un lado, es un genial entretenimiento para pasar el tiempo libre, recortando, pegando y decorando mientras se fomenta la imaginación y la creatividad. Además, el producto resultante será tan hermoso que impulsará el deseo de hacer lo mismo con todas las fotos que no llegaron a imprimirse, recuperando así esta bonita tradición. Por último, el orgullo que provoca haber creado semejante 'obra de arte' aumentará el deseo de mostrar el álbum a cada visita que cruce el umbral de la puerta de casa, por lo que estos cuadernos dejarán de ser un mero estorbo en los estantes y cajones del comedor.
Ya son muchos los aficionados a este tipo de manualidad, existiendo grandes comunidades, clubes y tiendas que se dedican de forma exclusiva a esta actividad. Si tú también quieres convertirte en scrapbooker pero no sabes muy bien por dónde empezar, a continuación se desglosan algunas claves que debes conocer.
¿Cuál es el origen del scrapbooking?
Aunque pueda parecer contradictorio, esta técnica surgió mucho antes de lo que lo hizo la fotografía. Se tiene constancia de que Thomas Jefferson, presidente de Estados Unidos de 1801 a 1809, guardó recortes de periódicos y los reunió de forma creativa en álbumes y cuadernos. Cuando salió a la luz, se puso de moda entre los habitantes y poco a poco se ha ido extendiendo hasta nuestros días.
La invención de la fotografía revolucionó, sin duda, el mundo del scrapbooking, convirtiéndose en el eje principal de esta actividad.
¿Por dónde empezar?
Seguramente, ya lo hayas hecho sin darte cuenta. El simple gesto de pegar en el álbum las fotografías recién reveladas y anotar al lado una fecha o una pequeña descripción ya se considera scrapbooking. Evidentemente, las posibilidades son infinitas y se puede descubrir un mundo de materiales, técnicas e ideas para darle vida a estos peculiares cuadernos.
Se recomienda empezar por algo sencillo, como pegatinas o papel para decorar el fondo de las páginas del álbum. Los más expertos incluso crean sus libros desde cero, cuidando la encuadernación y otro tipo de detalles. Además, se puede salir de la norma y utilizar un soporte distinto a la libreta y emplazar los recuerdos en cartulinas, murales, cajas, bandejas o mesas.
La creatividad y la imaginación juegan un papel fundamental y para cultivarlas puede hacerse necesario echar un vistazo a los miles de trabajos de otras personas que circulan por la red. El del scrapbooking es un mundo a descubrir.
¿Qué materiales emplear?
Todos los que se quiera, y más. Existen tres imprescindibles que se hacen absolutamente necesarios antes de sentarse y empezar con el scrapbooking: tijeras, papel y pegamento. A partir de ahí, pueden utilizarse pegatinas, remaches, marcos, sellos, abalorios, cintas, flores, lazos, botones y todo aquello que pueda combinar con el estilo que se quiera dar al álbum o soporte en cuestión.
De hecho, existen muchos libros de recuerdos con un estilo diferente en cada página, por lo que los instrumentos y herramientas utilizadas varían constantemente. Una vez más, se debe sacar el máximo ingenio y agudeza para crear una pieza única, original y visualmente atractiva.
¿Cómo aprender a hacer scrapbooking?
Para empezar, se debe dejar claro que se trata de un pasatiempo que no cumple unas normas fijas o consensuadas por una comunidad regulada. Es decir, no es como la pintura o la escultura.
Sin embargo, sí que existen muchos talleres o clases de scrapbooking en algunas ciudades españolas. Puede ser una estupenda oportunidad para conocer gente nueva y salir de la rutina, y por supuesto mejorar y aprender más sobre esta actividad. Si el tiempo es un problema, siempre se puede recurrir al autodidactismo mediante los foros o videotutoriales.
En los últimos años, el scrapbooking ha ido sumando adeptos y en Internet existen miles de blogs dedicados a este pasatiempo, y no es de extrañar teniendo en cuenta la cantidad de beneficios que esta distracción genera. Niños y mayores pueden disfrutar juntos y divertirse mientras crean interesantes piezas que quedarán grabadas en su memoria para siempre.