El terciopelo es un tejido con miles de años de historia. Nació en el lejano Oriente hace más de 3.000 años, pero no fue hasta el siglo XIV cuando empezó a comercializarse en Occidente. Ha representado siempre la riqueza y el prestigio propio de las grandes casas de los nobles. Además, también se asocia a la feminidad, el lujo y el poder.
Durante siglos se utilizó para la decoración de grandes casas sofisticadas, propias de la gente de dinero. Más tarde, el terciopelo pasó a ser utilizado por los italianos en la moda, para el diseño de chaquetas para la nobleza. Era un tejido muy caro y de poca accesibilidad. Pero ahora, está al alcance de todo el mundo. Los encontramos con base natural o sintética, de algodón, acetano, nylon o mezclas de cualquier fibra que han hecho que disminuya mucho su coste.
Es uno de los materiales más adorados por los diseñadores de interiores. Y, ¿por qué? Por lo que hemos señalado: sofisticación, elegancia, calidad... Además de la variedad de colores en los que podemos encontrar esta tela. Mucha gente se está atreviendo a incorporarlo a su decoración, y ¡no nos extraña! Aún así, la clave está en saber mezclarlo e incorporarlo en cantidades adecuadas. Si nos pasamos, acabaremos teniendo un diseño estridente por el peso visual que aporta.
El terciopelo es muy cómodo porque es suave y agradable al tacto, y es que al mismo tiempo te aporta ese toque de elegancia que no te da ningún otro material. Sin embargo, es una de esas cosas que o la amas o odias. Nosotros vamos a enseñarte a amarlo. La tendencia se basa en apostar por colores actuales como el rosa, el greenery (pantone) o el azul. El secreto está en mezclarlo con muebles y piezas más modernas, algo que antes era impensable y que ahora es una seña de identidad única.
Porque el terciopelo, esa tela oriental de gran calidad y acabado brillante, es perfecta para todo tipo de superficies: cojines, sofás, mantas, cortinas, sillones... Aunque antes se utilizaba para vestidos y estancias suntuosas, hoy se adapta a cualquier espacio o finalidad. Si quieres aportar a tu casa ese toque de lujo y sofisticación, empieza a pensar en velvet. Es tu turno de añadir alguna pieza de terciopelo a tu casa.
¿Dónde incorporarlo?
- Cojines: si vas a elegir solo un complemento al que incorporar este tejido, sin duda son los cojines. Al ser pequeños, aportan ese toque de elegancia y sofisticación sin resultar excesivo. Además, puedes colocarlos en tu cama, en el sofá o en el sillón. Juega con los contrastes de colores. Un sillón forrado de terciopelo violeta quedará genial con un sofá blanco y aportará el toque de color y lujo que necesita. Su tacto suave también juega un papel muy importante. No solo en la decoración si no para actividades cotidianas como apoyarte en él, el tacto tan agradable de este material te enamorará.
- Sofá: es el protagonista de un salón, y por tanto, merece ser forrado de terciopelo para tener ese toque de distinción. Su amplia variedad de colores te permitirá realizar distintas combinaciones y aportar diferentes efectos que jueguen con el resto de elementos decorativos. Además, aportará a tu salón un estilo muy vintage.
- Cabecero de la cama: convierte tu habitación en objeto de deseo. Con un cabecero tapizado con terciopelo, no solo tu cama se convertirá en la reina de tu habitación, si no que tú también te sentirás como tal durmiendo ahí. Lo que tienes que tener muy en cuenta es el color que elijas, pues tiene que ir en armonía absoluta con el resto de elementos de la habitación. Te recomendamos los colores violetas o púrpura, suelen funcionar muy bien en estos muebles.
- Cortinas: en uso del terciopelo en las cortinas ya no va solo con lo estético que quede, si no por la utilidad que este material tiene. Al ser un tejido opaco, es perfecto como telón para quitar la luz. El descanso será perfecto y la estancia quedará preciosa.
- Butacas, sillones, sillas de escritorio: un buen sillón o una buena silla forrada de terciopelo, será un elemento que atraerá todas las miradas y que dará ese toque de distinción al espacio en el que se encuentre.
- Reposa pies: si no te atreves a forrar el cabecero de tu cama con este material, hazlo con el reposa pies. Es otra buena opción para incorporar el terciopelo. No llamará tanto la atención como un cabecero pero dará un toque muy señorial a tu habitación. Además, puedes mezclarlo con otros estilos.
¡Recuerda!
Abusar de este material en tu decoración solo hará que consigas un resultado totalmente distinto al que buscas. El terciopelo en exceso es pesado para la vista, estridente y puede resultar hortera. La clave está en la mezcla. Combínalo con algodones y otras telas gruesas. Combina colores y combina superficies. Que el terciopelo esté de moda no implica que tengas que forrar hasta las paredes con este material. Dicen que lo bueno viene en frascos pequeños y lo mismo pasa con el terciopelo.