Muchas personas disfrutan y sienten verdadero placer mientras están rodeadas de libros. Curiosear por las librerías o pasear por alguna biblioteca aviva el deseo de practicar una lectura compulsiva, algo que puede desembocar en la compra de nuevos ejemplares. El problema surge a la hora de guardar esos libros. ¿Dónde meterlos cuando ya no queda más espacio en casa? Esta cuestión puede llegar a suponer un verdadero quebradero de cabeza para aquellos apasionados de la lectura que terminan apilando caóticas montañas de libros. Si crees que esta situación te representa, entonces has de saber que practicas el tsundoku. No es algo extraño ni perverso, pero sí que cuenta ya con algunos detractores.
En qué consiste el tsundoku
El origen de la palabra tsundoku se encuentra en el japonés, y es la mezcla de dos términos: 'tsunde-oku', que quiere decir apilar cosas para luego marcharse, y 'dokusho', que significa leer libros. Podría traducirse al castellano como 'bibliomanía' y su uso ya ha pasado a ser global al emplearse para describir una satisfactoria sensación de tener en casa libros en abundancia por el placer de leerlos o, simplemente, de tenerlos. No es algo tan extraño si tenemos en cuenta que es frecuente que en casa tengamos libros a medias o incluso sin empezar debido a falta de tiempo o porque el argumento no nos haya enganchado desde el principio.
No obstante, el vivir rodeado de libros supone una sensación muy agradable para muchos lectores que consideran esta situación como algo enriquecedor, pues tienen una buena fuente de conocimiento y entretenimiento al alcance de la mano. Les reconforta saber que su colección siempre va a estar accesible para ellos a la vez que sienten un verdadero aprecio por esta, hasta el punto de continuar comprando más libros, a pesar de que estos ni siquiera lleguen a ser leídos.
En contra del tsundoku
Sin embargo, hay quien piensa que esto del tsundoku no es más que una manía y que con los montones de libros solo se consigue acumular polvo, tener menos espacio y más trastos por casa. Podría decirse que la famosa gurú del orden, Marie Kondo, lidera esta oposición, pues con su método defiende tener la menor colección de libros posible. Aunque reconoce que es difícil deshacerse de tantos ejemplares, la autora expone en su libro 'La magia del orden' que en casa la cantidad ideal no debe sobrepasar los 30 tomos.
Kondo dice que de esta manera puedes conseguir una organización plena de tus estanterías. Pero, ¿cómo hay que hacer la criba de libros? La nipona aboga por la donación y establece unos cuantos pasos que facilitan el proceso de selección, comenzando por coger todos los ejemplares que se tengan en casa y ponerlos en el suelo. Entonces, hay que diferenciar por montones entre aquellos que se quieren leer de los que se quieren donar. Así, además de hacer una limpieza considerable, estarás compartiendo tu espacio con textos que te aporten una energía positiva y que de verdad te impulsen a su lectura.
Consejos para ordenar los libros
Si al revés de Marie Kondo, has caído en las redes del tsundoku, a continuación te proponemos algunos métodos muy útiles para organizar tu librería. El orden será tu mejor aliado para poder seguir rodeado de libros y encontrar el que desees en tan solo segundos, pero también para poder ampliar tu familia de papel y letras. Existen múltiples criterios para clasificar las obras:
- Por orden alfabético: es una de las formas más sencillas y recurrentes, pues solo hay que tener en cuenta el apellido del autor.
- Por temática: en función del asunto que traten, pueden ser de poesía, novela, economía, ficción, literatura infantil...
- Por orden cronológico: aunque es menos práctico que otros métodos a la hora de ponerse a buscar un libro, es más original. Así puedes organizar tus libros en función del año en que se publicaron o de cuando te hiciste con él.
- Por su aspecto: organizar una estantería según el color o el tamaño de los libros es una excelente opción para aquellas personas fanáticas de la decoración, ya que con esta fórmula pueden continuar ampliando la estética de la sala.
A pesar de defender la posesión del menor número de libros posible, Marie Kondo también tiene algo que decir sobre el orden en tu estantería. La japonesa aconseja hacer una clasificación de cuatro categorías en función de la utilidad del libro: la categoría general para aquellos libros que gustemos leer, la práctica para los manuales de cocina, manualidades, etc., la categoría visual para los libros de fotografía o de diseño, y, en último lugar, las revistas.
Ideas para decorar tu casa con libros
El hecho de tener la casa repleta de libros no tiene por qué ser un inconveniente para la decoración. De hecho, aunque se cuente con poco espacio en el que almacenar los libros, existen ideas muy ingeniosas y sencillas que pueden aportar un extra de originalidad a tu hogar. Por ejemplo, se pueden aprovechar los pasillos de la casa y poner a ambos lados unas estanterías. Generalmente, estas zonas de la casa suelen estar vacías y son más aburridas pero, de esta forma, los libros ocuparán un espacio libre y alternativo. O algo parecido podría realizarse en el comedor, a través de una pared de diseño. La idea consiste en dar más dinamismo y relleno a una pared vacía mediante estantes que ocupen su totalidad.
Otra buena idea sería colocar librerías hechas a medida alrededor de las ventanas del salón, quedando solo al descubierto el cristal. Como si fueran un marco, las estanterías pueden aportar un toque distinto la sala y te permitirían aprovechar el espacio al máximo. También puedes optar por construir tu propia librería con palés o cajas de fruta pintadas. No requiere de una elaboración muy compleja y el resultado es más que atractivo, al más puro estilo vintage.
Como la lectura es algo que debe inculcarse desde edades tempranas, una alternativa para confinar los libros de los más pequeños sería incluir una biblioteca infantil en su habitación, bien sea a través de una estantería independiente o acoplando los propios libros en las baldas del mobiliario. Y para los mayores adeptos al tsundoku, existen algunas ideas para colocar los libros en los lugares más insospechados, desde en el cabecero de la cama para aquellos que leen antes de irse a dormir, hasta en el aparador del cuarto de baño.